Si no soy yo quien controla los medios de comunicación que leo, ¿Por que razón no habrían de intentar crear en mi conciencia verdades útiles a los intereses de los grupos económicos que los dirigen?
¿Existe la verdad? ¿Existen las verdades? ¿La verdad y las diferentes verdades se parecen en algo?
El veintisiete de Octubre de 1553 moría quemado en la hoguera, a instancias del reformador religioso protestante Johannes Calvino, el científico y teólogo español Miguel Servet.
El 17 de febrero del año 1600, tuvo lugar en Roma un acontecimiento dantesco. Cientos de personas se reunieron en el Campo de las Flores (Campo dei Fiori) en Roma para ver morir en la hoguera a Giordano Bruno por orden de la Santa Inquisición. Galileo Galilei fue juzgado por la Inquisición en 1633 y condenado por ser "vehementemente sospechoso de herejía", pues promovía la creencia de que la Tierra se movía a través de los cielos.
Las autoridades religiosas, siempre en el centro del poder político y económico, establecen los cuerpos de la doctrina, con sus verdades de fe, sus dioses y demonios, santos y vírgenes.
En la actualidad se mantienen las grandes religiones mundiales y han cobrado mucha más fuerza las religiones laicas, promocionadas por los medios de comunicación y las redes sociales, todo ello dentro del torrente caudaloso de Internet. Se ha de agradecer que ya no se lleve tanto el quemar a los herejes en la hoguera y se conformen las turbas de creyentes con la lapidación mediática, las pintadas con pintura en aerosol para carrocerías y algún que otro escrache, más o menos violento.
Las religiones laicas se manejan con facilidad, pues pueden compartir muchas verdades de fe, que se crean y destruyen con ríos de tinta electrónica. De esta forma, todos creemos que le estamos haciendo daño a la Pacha Mama, que pecamos contra ella cuando consumimos combustibles fósiles y que ello es la consecuencia de nuestra mentalidad machista no suficientemente reformada, lo que nos lleva a la pronta desaparición de la civilización y la especie.
En la reciente cumbre del clima paralela, un Javier Bardem investido de purpura cardenalicia, recordó a la muchedumbre que "personalmente para él", Donald Trump y Martínez Almeida son unos estúpidos, el primero por "negacionista" y haber abandonado los acuerdos sobre emisiones atmosféricas y el segundo por su poca comprensión hacia el plan de movilidad urbana, conocido como "Madrid Central".
No ha sido menos espectacular la aparición y desaparición sucesiva de Greta Thunberg, recubierta de un aura virginal transportada en catamarán ecológico y trenes eléctricos.