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La Guerra civil en la montaña leonesa

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El Boletín de Guerra del Frente Popular de León, en 1936Pedro Víctor Fernández Fernández, Tierras de León: Revista de la Diputación Provincial, ISSN 0495-5773, Vol. 30, Nº 77-78, 1989-1990, págs. 153-174

Excepto una estrecha franja de terreno limítrofe con tierras asturianas, la provincia de León quedaba, tras el 18 de julio de 1936 y días posteriores, bajo el dominio y designios de la sublevación militar, que a la larga se convertiría en el nacimiento e institucionalización del franquismo. La franja norte permanecía, tras estallar el conflicto bélico, fiel a la República; mejor dicho, al Frente Popular que había dado el mando a las opciones políticas de izquierda. Así se consolidaba la línea de separación que une los puntos de Riaño, Lillo, Boñar, La Vecilla, Matallana, La Robla, La Magdalena (1). 

Se dan caracteres especiales en esta zona norte por padecer la actividad militar, bombardeos, destrucciones y otras calamidades que se presentan durante los meses que permanecen los combates, compaginando el desarrollo de la vida cotidiana con la presencia de la lucha cada vez más asfixiantemente cercana. Llegan aquí la mayoría de los huidos del resto de la provincia, produciéndose una representación de las principales tendencias políticas y sindicales frentepopulistas, que han de superar roces y caos para ofrecer —casi por supervivencia— una resistencia a los sublevados que presionan sobre el frente norte.

Es fácil, en este contexto, entender la necesidad de estar informado e informar, de dar competencias a un comité, de mantener la moral miliciana alta, de poner coherencia a una vida cotidiana que por momentos se presenta con una crudeza sin par, de transmitir continuamente ideología para los militantes y entusiasmo para la población civil. Indudablemente un frente de guerra necesitaba más, pero la demanda de mínimos coherentes para hacer de un grupo inarticulado y una retaguardia variopinta un ejército de lucha, tenían que estar asegurados. El Boletín de Guerra del Frente Popular de León venía a cubrir el vacío de una publicación o medio de comunicación que contuviera disposiciones oficiales —necesarias siempre—, aspectos político-sindicales de los principales grupos que engrosan la milicia, artículos moralizantes y una gaceta de pequeñas noticias de la zona y del exterior. 

Las pertinentes penurias económicas hicieron junto a un necesario tiempo de organización que el boletín no viera la luz hasta después de cuarenta días del estallido militar. Inclusive su tirada —que desconocemos— no debió tener muchos ejemplares, pues la máxima que reza en cada número es la de que pase de mano en mano para ser leído por el mayor contingente posible de camaradas. Se conservan en los fondos del Archivo Histórico Nacional de Salamanca, sección Guerra Civil, los diecisiete primeros números con la salvedad de dos (números 3 y 16) (2) que son un nítido exponente para estudiar el medio de comunicación oficial del León republicano.

Editado en la imprenta Audelita de Busdongo, salia a la calle cada dos días y con formatos visiblemente distintos, de medidas próximas a 22 x 30,5 cm., normalmente (3). Constaba de un solo pliego de papel que doblado en su mitad conformaba cuatro páginas, esto es, portada, contraportada y dos interiores. La normalización de noticias también tenía su propio espacio en la publicación : artículos de opinión, consignas a milicianos, disposiciones oficiales y artículos de índole político-sindical ocupan siempre la portada. Las gacetillas de noticias, normas de diferentes comités, convocatorias de reuniones, partes oficiales de guerra, notas de última página, donativos, vida cotidiana, etc., son los principales temas de las páginas interiores. Finalmente la contraportada recogía una temática variopinta de poesías, artículos moralizantes y reseñas históricas extrapolables al momento excepcional que se estaba viviendo en aquellas fechas. La temporalización de todos sus números quedaba así:

N.º 1: 29 de agosto de 1936
N.º 2: 31 de agosto
N.º 4: 4 de setiembre de 1936
N.º 5 : 6 de setiembre
N.º 6: 8 de setiembre
N.º 7: 10 de setiembre
N.º 8:12 de setiembre
N.º 9: 14 de setiembre
N.º 10: 16 de setiembre
N.º 11: 18 de setiembre
N.” 12: 20 de setiembre
N.º 13: 22 de setiembre
N.º 14: 24 de setiembre
N.º 15: 26 de setiembre
N.º 17: 30 de setiembre

La tirada de ejemplares debió ser tan reducida que no es descabellado pensar que no se conservasen más números posteriores a la fecha última del 30 de setiembre. El retroceso de la línea de guerra junto al consabido expolio, incendios y destrucción posibilitarían que tal hipótesis fuera perfectamente verificable. Insistimos de cualquier forma en que el material conservado es una exquisita representación que nos permite adentrarnos un poco más en las vicisitudes de la franja norte de León
fiel al Frente Popular.

La propaganda ——oficial o no— pretende una persuasión que aúna criterios y derriba los setos existentes entre la formulación teórica de un proyecto político y su materialización en obras y actos. En este sentido es fácil entender que la deformación de noticias antes que la mentira busca el necesario nivel unificador y su aspecto moralizante. Cuando hay una guerra fratricida es muy tentador el ser convencido de un planteamiento maniqueísta de la realidad, que lanzado a través de consignas persistentes y continuas cala en la moral de quien las necesita. En el primer número de Boletín de  Guerra del Frente Popular de León (4) se confirma: “El fascismo con sus crímenes y horrores quería adueñarse de España, pero el proletariado revolucionario y consciente le ha cerrado el paso, ofreciendo el ejemplo al mundo civilizado”. Más importante que ver la realidad de un inminente despliegue de los militares sublevados, es la necesidad de creer en lo contrario, y —más importante aún— hacérselo ver a quienes participan de las mismas inquietudes. Quede claro pues que la primera valoración es la verosimilitud y moralización antes que la cruda realidad desmoralizante. No es nunca la institucionalización de la mentira con rango oficial sino la necesaria distorsión que se desprende del apasionamiento ideológico de artículos de opinión. Sin este preliminar, mal se puede entender el BGFPL.

Sus contenidos serán un reflejo de las preocupaciones de la zona, fácil de detectar en el órgano oficial. La moral de la tropa, el acuciante problema de abastecimientos, las disposiciones oficiales del Comité de Guerra y el Comité Provincial de Milicias Antifancistas Leonesas, noticias del frente, partes oficiales de guerra, opiniones, orden público, enseñanza, sanidad, donativos, política y sindicalismo podrían ser los epígrafes que conforman el noticiario del boletín.

PRIMER OBJETIVO: CERRAR El. PASO AL ENEMIGO

Hoy ya no debe, ni puede haber transacciones. Un único "arreglo" ha de haber en este duelo a muerte: el triunfo total sobre los facciosos del pueblo en armas.

Terminamos requiriendo a todos para que en el mismo ardor y la decisión que hasta aquí sigan combatiendo al fascismo.

Nadie olvide que no es sólo nuestra vida lo que en esta encarnizada batalla se ventila: es el porvenir de la Humanidad. Que el grupito de generales sublevados, marionetas de la teatralidad y la cobardía, paguen con su vida la traición contra el pueblo.

El fragmento aparecía en la primera página del número uno del BGFPL. y era un mensaje a los combatientes dirigido por el Comité Provincial de Milicias Antifascistas Leonesas, organismo rector de los designios bélicos de la zona, con la adhesión de los comités locales de Abastos, Guerra, Orden Público, etc. Los objetivos habían de conseguirse en cuestiones preocupantes como la disciplina militar ya que, como se denuncia públicamente, “merced a cesa obediencia ha sido posible que en muchas ciudades españolas se obligara a salir a los soldados para luchar precisamente contra lo que les es más querido y más precioso: la libertad, la solidaridad” (5). A ello se unía la explicación de técnicas de guerra como era el fuego de artillería (6), la exaltación de virtudes heroicas, etc. El Comité Provincial insiste en los temas acostumbrados pero el lema siempre sería disciplina, autoridad y voluntad de todos los milicianos, además de la necesidad de superar pugnas ideológicas de obreros de una y otra militancias, y en la obligación (más sentida que efectiva) de reconquistar la zona leonesa que está en poder de los sublevados, especialmente la capital, donde a través del boletín se denuncian desmanes y barbarie de los insurrectos (7).

Para resistir es necesario el avituallamiento. Puede decirse que el Comité Regional de Abastos fue el eslabón más endeble de la cadena. El Comité Local de Abastos de Busdongo pedía desde el primer momento a la población que voluntariamente restringiera el consumo a lo vitalmente necesario, a la vez que el Comité Regional de Defensa de la República comunicaba la necesidad de disponer de artículos de alimentación y vestidos a disposición de la oficialidad “los cuales se pagarán corrientemente y en el acto de su adquisición” (8). No tardando, al escasear el dinero, llegarían las requisas. 

El mismo Comité firmaba en Pola de Gordón, con fecha 28 de agosto, un comunicado urgente, sabedor de las subsistencias de esta región montañosa al igual que todo el litoral cantábrico : “Considerando que esta deficiencia en la alimentación puede bien mitigarse con los productos de esta Región, nos dirigimos a todos los campesinos montañeses, para decirles que recojan los cereales y las legumbres que tienen en los campos y con la urgencia que requieran las necesidades imperiosas del estómago y de la lucha a muerte contra el Fascismo, lo pongan a disposición de los Comités Locales de Defensa de la República, en la seguridad absoluta de que este Comité, máxima autoridad de la Provincia, les abonará al contado el valor integro del producto vendido” (9). 

El apremio, en páginas posteriores del boletín, pasaba por poner en evidencia las necesidades de harina y trigo, por lo que se solicitaba al sector una aproximación de la extensión cultivable para la próxima cosecha (10), al igual que la normalización de libretas y vales con el pertinente estampado del sello del Comité de Abastos. Los problemas del sector no sólo no se solventaban sino que día a día aumentaría su gravedad. El BGFPL se hace eco quince días más tarde de las penurias del Departamento de Hacienda del Comité para la Defensa de la República que no posee el dinero suficiente para pagar los productos a los agricultores. Razones obvias por las que pide a los comités locales con dinero en efectivo, producto de rentas de comestibles o personas que posean medios económicos, lo entreguen sin pérdida de tiempo (11). En otras palabras: se tenía que sacrificar la propiedad privada para favorecer al colectivo. Hay que echar mano de la requisa a sólo dos meses de haber comenzado la guerra. 

Un acuerdo tomado por la corporación de Rodiezmo, ratificado por el Comité Provincial y ante los imperativos de la nueva situación hacía público lo siguiente: “En primer lugar los labradores deben preparar sus tierras y sembrar, como en tiempos normales. Para asegurar el abastecimiento y las existencias se constituirán comités en cada pueblo presididos por individuos designados por el Comité Regional y con la colaboración de agricultores y ganaderos. Estos comités estarán bajo el control del referido Comité Provincial y asesoramiento de la Corporación Municipal. La misión de estos comités es regular las entradas y salidas y asegurar el aprovisionamiento de cada localidad. Estas entidades —los comités— serán quienes faciliten en cada pueblo y en cada caso las peticiones de otros comités tanto de ganado como de otros productos, y los que harán a su vez, las peticiones de los elementos que los pueblos necesiten” (12). Este necesario dirigismo pudo conseguir la constitución de un almacén general de víveres con despachos públicos, así como la fabricación y distribución de pan y las requisas de cosechas y ganados (13). 

El propio Comité Provincial legislaría oportunamente sobre la validez jurídica, económica y moral de las requisas de reses y demás subsistencias. Se llega incluso a contemplar el tema de las multas. La racionalización de artículos de vestir, calzado y alimentación y su decomisación diaria en pequeñas cantidades, que en trenes o coches se pretendía dar salida fuera de la región en claro afán lucrativo, tendría multas entre cien y mil pesetas para todos los industriales que vendieran o regalasen más cantidad que la Delegación de Comercio y Abastos les tuviera asignado, no pudiendo los comités locales dar más autorizaciones (14). De todos estos artículos, la ropa interior de los milicianos (ante la llegada del invierno) era una necesidad perentoria y urgente de satisfacer, por lo que se hace un llamamiento al colectivo de mujeres que pudieran prestar sus servicios para el cosido y confección de prendas. 

En las mismas fechas del mes de setiembre de 1936 también se prohibía la molturación de trigo o centeno para el ganado ante la necesidad de elaborar pan, así como la supresión de venta de bebidas, tanto al público como a particulares. En realidad, la publicación del boletín se justificaba casi exclusivamente por la cabida que en sus páginas tiene el tema del abastecimiento. Gracias a él se van anunciando medidas disciplinarias que benefician la planificación —acertada o no— de una economía caótica.

La efectividad de milicianos en el frente y las necesidades de abastecimiento eran los puntos capitales que se repiten machaconamente en el BGFPL. Pero además, en el ánimo de contener al enemigo y de favorecer la imprescindible coordinación e información, era también necesaria la gestión del Comité de Guerra, de escritos divulgativos moralizantes y partes oficiales de guerra. La obligatoriedad de estar alistados para pasar a la disposición de filas es otro imperativo que el Comité de Guerra publica en el boletín desde el primer número, a la vez que acompaña las noticias del frente de Pola de Gordón-Crémenes: las escaramuzas entre ambos bandos el 24 de agosto consistían en la penetración que en el pueblo de Valdeteja, situado a doce kilómetros de Crémenes, hacen los “nacionalistas”.

Las milicias comandadas por el camarada Morán consiguen reconquistar el lugar y hacer retroceder al bando contrario hasta La Vecilla. La narración, siempre elocuente, acababa con una frase sin desperdicio: “¡Los hay idiotas, pero como estos fascistas no los pare madre!” (15). Dos días más tarde,
prácticamente sin novedad en el frente leonés se comentaba la situación general de España con una literatura claramente partidista, donde sólo se reconocen “logros” del bando republicano: “Nuestra artillería y la aviación han bombardeado constantemente las ciudades de Teruel, Huesca, Córdoba y Oviedo, en donde los sitiados tratan en vano de defenderse”. Se recogen siempre en este tipo de partes o noticias de guerra improntas moralizantes y apologéticas hacia los intereses del Frente Popular, llegando a admitir la comparación de, por ejemplo, el imperialismo de Napoleón y la relación del pueblo español desarmado contra el invasor, con los acontecimientos de actualidad que se viven en 1936 (16), sosteniendo que el fascismo español está compuesto por todo lo caduco, por todo lo que agoniza en una sociedad moderna que busca ideales de justicia social. Todo ello mezclado con artículos que hacen un llamamiento a las mujeres antifascistas pidiéndoles fuerza en la lucha, o temas de carácter popular revolucionario donde se atribuyen más victorias rojas de las que realmente existían: “La victoria ha sido aplastante y gloriosa porque al pueblo alentaba una moral de que carecían los rebeldes, pobres insensatos engañados por los espejismos de la gloria y que sólo ha sido gesta suicida de unos jefes que han comprometido a España y la han cubierto de sangre y dolor” (17). 

Sin embargo, la verdad de los acontecimientos era la pujante presión que ta zona nacional realizaba contra las lineas enemigas, fundamentalmente favorecida por las incursiones de la aviación y el bombardeo de la artillería, como sucedía a finales de agosto en la zona de Pola de Gordón. El BGFPL en alguno de sus números llegó a dar exhaustiva información sobre las líneas férreas León-Gijón, heridos, radios clandestinas, el trato a presos, etc.; inclusive introducía narraciones de evadidos de la capital y hechos como la detención de Ramiro Armesto, a la sazón presidente de la Diputación en el Frente Popular o la muerte de Nicanor Fanjul, del Sindicato Nacional Ferroviario. Artículos más o menos eruditos llegan a plantear la guerra civil con gran perspectiva y frialdad, dejando patente que uno de los motivos del alzamiento era que España soportaba 850 generales, cifra a todas luces excesiva (18). 

Se incluyen en estas páginas magistrales intervenciones llenas de carga sentimental o insultante —según procediera— como unos versos de Rafael Alberti donde se evidencia la exquisita crueldad del abyecto general Queipo de Llano en Sevilla a través de su acción represiva y sus famosas alocuciones radiofónicas (19). La carga sentimental se dejaba para narraciones como la muerte de Victoriano López Rubio, alcalde de Valderas y militante de PCE. El objetivo de mantener una moral de lucha lo reflejaba perfectamente la pluma de un miliciano en su artículo titulado “Jóvenes Antifascistas” :

Quiero deciros esto camaradas, jóvenes antifascistas, que en cada combate, en cada lucha que tengamos con nuestros enemigos, obtengamos triunfo o no lo obtengamos, debemos sacar experiencias fructíferas que ellas nos suministran, y de esta manera podremos canalizar más firmemente nuestra lucha por el camino del combate decisivo para el triunfo final de la República Democrática.

Hacer esto y conexionarlo con nuestra disciplina, irrefutablemente es garantía del triunfo. No olvidarse de esto; disciplina para con nuestros superiores, respetarlos, cumplir fielmente todas sus órdenes e iniciativas, que por eso somos el ejército popular; el ejército de la disciplina Popular; el ejército que con sangre generosa riega el camino de la victoria aplastando de una vez para siempre a la canalla clerical-fascista que intenta implantar en España el régimen del terror, hambre y miseria, pero que nosotros les cerramos el paso, porque tenemos conciencia de clase y porque somos antifascistas (20).

Reproducir textos como el anterior sería repetitivo por nuestra parte. Caben, no obstante, mencionarse las veces en las que se recoge una crítica mordaz al clero como columna de apoyo del movimiento sublevado. Un fragmento del tema dice así: “¿Que la religión cristiana aconseja en algunos de sus párrafos hechos buenos y que debemos de observarlo de nuestro hermanos? Qué les preocupa a ellos esto cuando esa religión para la único que la usan es para aprovecharse de la incapacidad de los pueblos, para someterlos con procedimientos terroristas a la esclavitud mientras llevan una vida depravada” (21).

En el fondo de muchos artículos se busca, despreciando ciertas actitudes, el encuadramiento de toda la población en los nuevos organismos creados. Con una fecha excesivamente tardía se constituía el 29 de agosto de 1936 el Comité Provincial de Milicias Antifascistas Leonesas con objeto de garantizar la disciplina y coherencia mínimas en las milicias. De una forma no militar había funcionado el Comité Regional de Defensa de la República, organismo que a principios de setiembre comunicaba a los comités locales, partidos y organizaciones sindicales del Frente Popular que considerando fue nombrado interinamente por los comités locales de la zona, se hacía imprescindible el acuerdo de nombrar un Comité Provincial que representara a todas las opciones político-sindicales. Para ello cada localidad hubo de nombrar un delegado por partido para asistir al pleno convocado el y de setiembre en Pola de Gordón y del que saldría el muevo organismo con transparencia democrática. No se podía dejar de observar en ningún momento que todos los pasos se encaminaban desde la participación de las fuerzas vivas de la franja norte de León para ganar respeto por las instituciones y la confianza necesaria para imponer un régimen disciplinario que resultase efectivo como conglomerado compacto que les une un enemigo común: “En retaguardia, organización, disciplina, vigilancia, serenidad; al frente todos los fusiles”.

VIDA COTIDIANA Y MUNDO POLÍTICO

La necesaria normalización organizativa de la vida cotidiana en la retaguardia es otro tema extensible al BGFPL. Desde el primer momento la Delegación de Orden Público e Investigación del Comité Regional habla de la necesidad de poner a1 descubierto a emboscados y conspiradores o infiltrados contra la República (22). Se trata de manifestar discreción en las conversaciones ante el incesante goteo de infiltrados que suponían una seria amenaza de desestabilización pues minaba los intentos disciplinarios y voluntariosos de organismos oficiales. No obstante esta no era la única consigna.

En las páginas del boletín leonés se recogen necesidades como la de disponer de edificios privados para locales públicos que se convirtieran en sedes de comités locales, dar alojamiento a los milicianos por parte de la población civil o las medidas mínimas de actuación de los núcleos rurales para que la aviación enemiga no causara víctimas en la población. La Delegación de Orden Público regulaba medidas puntuales según se iba presentando la necesidad de actuar, Su política preventiva no consiguió adelantarse a los acontecimientos pero publicaba puntualmente todo lo que se consideraba necesario en el momento, desde multas de cien pesetas para el dueño de establecimientos de bebidas del que saliera alguien en estado de embriaguez (en caso de reincidencia se contemplaba la requisa del local) hasta la incautación de todos los aparatos de radio de la zona debido a que algunos propagaban noticias dadas por emisoras de los sublevados (23); la solución para esto último fue destinar un lugar público en cada núcleo de población para la instalación de un solo aparato de radio.

En setiembre del 36 se hacían saber las medidas ordenadas por el Gobierno de la República, publicándose un decreto regulador que ratificaba, a través de su presidente, el Comité Provincial del Frente Popular de León con sede en Villamanín, quien disponía lo siguiente (24):

1.) Todos los ayuntamientos reanudarán su vida legal, asumiendo nuevamente cuantas funciones les eran propias, y muy especialmente en materia de transportes, abastos, enseñanza, sanidad, asistencia social y agricultura, tomando en todas esas cuestiones las medidas necesarias para normalizar la vida, asegurar la producción y cooperar al triunfo de la República que dicte el Comité Provincial.

2.) Los ayuntamientos se constituirán con tres representantes designados por cada uno de los partidos políticos y organizaciones sindicales que constituyen el Frente Popular Antifascista. Los representantes así elegidos deberán ser vecinos del municipio en cuestión. En aquellos municipios donde no existiera alguna o algunas de las organizaciones mencionadas, las que existan procederán de igual manera a la constitución de Ayuntamiento, eligiendo entre todos ellos un número de representantes que no será inferior al de concejales que legalmente correspondan.

3.) En todos los pueblos comprendidos dentro de cada municipio se constituirán asimismo las respectivas Juntas Vecinales, las cuales además de su función propia dentro de cada localidad, tendrán la de ser órganos delegados y auxiliares de los Ayuntamientos en las cuestiones que éstas han de tener a su cargo, ya detalladas en el artículo primero.

 4.) Las Juntas Vecinales se constituirán con un representante de cada uno de los partidos políticos y organizaciones sindicales integradas por el Frente Popular, habiendo de recaer dichas representaciones en vecinos del pueblo respectivo. En aquellos pueblos donde faltaran alguna o algunas de las organizaciones mencionadas, las que existan constituirán la Junta Vecinal, aumentando si fuera necesario, el número de representantes de cada organización. Si en algún pueblo no existiese ninguna organización, el Ayuntamiento correspondiente designará la Junta Vecinal. Ninguna Junta Vecinal constará de menos de tres miembros.

5.) En todos los Ayuntamientos y Juntas Vecinales se constituirán Comisiones de Agricultura encargadas de asegurar la conservación de la producción agrícola y ganadera.

6.) Tanto la elección y constitución de los Ayuntamientos como las de las Juntas Vecinales se verificará en el término de cinco días y de una y otra se dará cuenta a este Comité Provincial,

7.) Los Ayuntamientos procederán a una inmediata elección de su personal, destituyendo a los que no presentan garantía de lealtad al régimen y sustituyéndolos debidamente.

8.) Quedan disueltos los Comités locales existentes.

El decreto tenía fecha del 24 de setiembre de 1936, y lógicamente al ponerse en práctica recuperaba vacíos jurídicos e institucionales con la legitimación de poderes públicos como deseo y mandato del Gobierno de la República. Era una forma de recuperar el banderín de enganche del gobierno de Madrid y superar en materia cotidiana las irregularidades que se acrecentaron por los conflictos de mantener un frente de guerra. 

En materia de enseñanza la preocupación había sido continua y anterior al decreto mencionado. Ya en el número dos, con fecha 31 de agosto, la Delegación de Instrucción Pública advierte a los maestros nacionales y profesionales de la enseñanza, la necesidad de ir poniéndose a disposición del Gobierno para reanudar las tareas escolares tras acabar el periodo vacacional. La misma delegación dejaba constancia de la obligatoriedad de pedir informes de los maestros para reanudar el curso pues el constante trasiego de gente y los movimientos poblacionales hacían imprescindible el conocimiento de posiciones ideológicas del colectivo de educadores: “Pero habréis de entender que dichos informes vendrán avalados por todos los componentes del Frente Popular que integren los respectivos comités y que en ellos no habrá nada que signifique presión, o sea amistad o enemistad personal sino atendiendo a los altos intereses de la República y de la enseñanza popular” (25).

Es evidente que todas aquellas pesquisas retrasaban ostensiblemente el comienzo del curso escolar, pero a finales de setiembre la Delegación de Instrucción Pública disponía una serie de medidas que pretendían reorganizar la vida escolar de la zona. Cuatro eran los puntos del programa:

1. En la zona leonesa no insurrecta se crean dos Subdelegaciones de Instrucción Pública, en sustitución de los Consejos Locales y de Inspección de Primera Enseñanza.

2.) Estas subdelegaciones tendrán a su cargo:

a) Reorganizar la enseñanza en sus respectivas zonas.

b) Ejercer una acción orientadora en las escuelas y maestros de su demarcación.

c) Informar a la Delegación Provincial de necesidades, dificultades e incidencias.

d) Otras facultades que la experiencia y circunstancias aconsejen.

3.) Estas zonas subdelegadas comprenderán:

1.) Los ayuntamientos de Rodiezmo y Pola de Gordón.

2.) Los ayuntamientos de Cármenes, Vegacervera, Valdeteja y Valdelugueros.

4.) Se nombra Subdelegado de la zona 1.ª a D, Florentino Rodríguez Rodríguez y de la zona 2.ª a D. Laureano Nepomuceno Matanzo.

Con la excepcionalidad que supondrían los ruidos, constantes bombardeos, y la idoneidad dudosa de los locales destinados para estos fines, el curso escolar comenzaba a funcionar, pero los informes políticos y profesionales con respecto a algunos maestros, disponían el cese en sus cargos con pérdida de todos los derechos a varios miembros de colectivo. Eran los siguientes:

—Leonor Morán Fernández, de Villasimpliz.

—Mª de la Concepción Valbuena, de Buiza.

—Emilia Alvarez Avia, de Grajal de Campos.

—Amparo Alvarez Avia, de Santa María del Páramo.

—Manuel Martínez Fernández, de Casares.

—Alfredo Suárez Suárez, de La Vid.

—Encarnación Menéndez Miranda, de La Pola.

—Julia García, de La Vid.

—Luciana López Gancedo, de Villamanín (26).

Junto a la enseñanza pública, los temas de sanidad y política de donativos configuraban un aspecto importante de la cotidianeidad de esta franja norte leonesa. A principios de setiembre comienza de una forma ininterrumpida la acción de donativos para el frente (27). El tema se nos muestra parejo al sanitario por ser la Delegación de Sanidad y Asistencia Social quien aglutina ambas competencias. Esta acción ocupaba tantas alabanzas en el BGFPL como las dedicadas al gran servicio que prestaba el Socorro Rojo Internacional en la lucha contra el fascismo en el montaje de pequeños hospitales en la retaguardia y la asistencia social a enfermos, heridos y desamparados (28). Supone siempre en las páginas del boletín un filón de innumerables recursos de solidaridad y propaganda el hecho de publicar día a día los listados de donantes. 

Como el problema era muy acuciante en hospitales, el sacrificio de la población civil fue importante a juzgar por el número de donativos recibidos. El 26 de setiembre se publicaba en el número 15 del BGPFPL el total de lo recibido —es sólo un ejemplo más— del pueblo de Santa Lucía con destino a los hospitales de sangre y el frente. Se consiguieron 103,85 pesetas en metálico, además de 67 gallinas, 15 conejos, 73 huevos, una botella de Jerez Quina y otra de manzanilla. Sería muy interesante discernir en la política de donativos entre la buena voluntad y la presión o amenaza ante lo que eran requisas regulares. Sea como fuere, lo cierto es que en la endémica escasez de medios con los que se cuenta, existe una importante contribución de donativos que el boletín de guerra se encarga de incluir en todos sus números con evidentes fines publicitarios.

Un último aspecto completa el contenido del BGFPL. Se trata de la vertiente político-sindical que impregna la vida del frente y retaguardia. No podía ser de otra manera cuando en esta franja de tierra leonesa se aglutinan los restos de las diferentes opciones políticas y sindicales que operaban en la provincia entera. No obstante, las dos grandes ideologías que respiran a través del boletín serán el socialismo y el anarcosindicalismo; las mismas que tenían una relevante vida pública en el Frente Popular. Siempre hay un hueco en el BGFPL para estampar la gestión del grupo socialista en los designios de la guerra y la altura humana de sus bases o incluir, por ejemplo, unos versos dedicados a la figura humana y política de Buenaventura Durruti (29). 

De todas las enseñanzas que se desprendían de la sublevación militar, la más destacada en el sector fiel a la República era la necesidad de una fuerte unión sindical que ante el enemigo común se hacía imprescindible. Nótese siempre que son los afiliados sindicales el mayor número de combatientes que forma la milicia. Ello exigía portar un modelo de conducta que cualquier republicano debía tener presente: “No puede tolerarse por más camaradas que se discuta en plena calle y quizá ante nuestros enemigos, la actuación y hasta la autoridad de los hombres en quienes las organizaciones respectivas han depositado su confianza dotándoles de la máxima autoridad (...) Fuera de las asambleas cada afiliado a cualquiera de las organizaciones sindicales y políticas que forman el Frente Popular, tienen el deber ineludible de defender la autoridad de los Comités y de cada uno de los hombres que los integran y denunciar al primer miliciano que encuentre a los difamadores para que sean detenidos” (30). 

Incluso se insiste en el futuro que espera a esa acción sindical una vez ganada la guerra a los fascistas. Ese es el título de un artículo firmado por Carlos Mauriz en Busdongo en setiembre del 36 donde el autor señala que tras los momentos de acción bélica (ganar la guerra), el problema de máxima importancia para todos los trabajadores es lo que él denominaba “problema social”: “Aunque hasta hace poco se luchaba contra la burguesía reaccionaria para aranceles y mejoras que aliviaran al proletariado, los logros nunca fueron totales”. Mauriz cree en el triunfo frentepopulista ante la intentona militar, hecho que llevaría consigo la desaparición total de un régimen que se basaba en la injusticia y en el privilegio. Ello porque son las organizaciones obreras las que, a su juicio, defienden la República: “Ahora tendremos la ocasión de demostrar a los magnates de la Banca, del Ferrocarril y de todas las grandes industrias, cómo es posible que el trabajador perciba íntegramente el fruto de su trabajo y la industria viva prósperamente, porque ya no tendrá que pagar pingües sueldos a los parásitos que tenían como lugar preferente para preparar sus planes criminales los Consejos de administración, covachuelas de miserables y de traidores. Se terminaron los patronos intransigentes que tenían siempre en boca la “economía nacional”, como si la economía nacional fuese la de aquellos tiburones que derrochaban en noches de orgía lo que miserablemente robaban al trabajador, se terminaron los jornales de 1,50 y las jornadas para los campesinos de sol a sol, se terminó en fin la explotación del hombre por el hombre” (31). 

Para cubrir esos objetivos manifestados con hirientes palabras, diseña el autor un plan de estudio y capacitación de trabajadores y escuelas profesionales, Con respecto a la UGT y CNT de la provincia de León, “las dos potentes sociedades que controlan todo lo viril y consciente del proletariado se preparan para la difícil labor que como directoras de la inmensa masa de productores les corresponde. Ayudemos a todos los demás a la gran obra en beneficio de los oprimidos, pongamos todo lo que nos es posible por el triunfo de la causa del proletariado, sin fijarnos ni reparar en aquellas diferencias ideológicas que puedan separarnos y hagamos porque sean una realidad las últimas estrofas de nuestra Internacional”.

Mauriz como buen militante socialista estaba muy familiarizado con todo el programa revolucionario-sindical, pero las necesidades momentáneas del verano del 36 eran otras. De hecho socialistas y anarquistas se preocupaban por esas fechas de sus respectivas reorganizaciones, elecciones de comités y —tema urgente— la decisión de militarizar las milicias porque el objetivo prioritario en todos los órdenes era ganar la guerra, o si se prefiere, en el caso de la franja norte, contener al enemigo. Así, fueron convocados por su comité provincial las Juventudes Socialistas de León, celebrando una asamblea en Pola de Gordón para tratar de la reorganización de los cuadros juveniles revolucionarios de la provincia. Asistieron responsables de León, Astorga, Colle, Villablino, Huergas de Gordón, Santa Lucía, Busdongo y Palanquinos. Se nombró un comité provincial compuesto por Leandro Aroca, José Arija y Joaquín del Palacio, fijando la sede, mientras durasen las circunstancias bélicas, en Villamanín.

Además, de plena conformidad, fue aprobado el decreto de militarización de sus milicias como la mejor medida posible para hacer frente al enemigo (32). En parecidos términos se desarrollaba la asamblea hermana de UGT. El día 26 de setiembre, convocados por el Sindicato Minero Castellano y el Sindicato Nacional Ferroviario (Consejo Obrero de León), se celebró una magna asamblea para tratar los temas de militarización y reorganización de la UGT leonesa. Fue aprobado todo lo concurrente a las disposiciones militares de sus afiliados en el frente, a la vez que se nombraba una Comisión Ejecutiva Provincial que asentaba la sede en Villamanín y tendría como misión la reconstrucción de sindicatos locales. Sus componentes eran Valentín Fernández (ferroviario), Bareutidio Díez (minero) y Zacarías Boces (albañil).

En los últimos números que conservamos del BGFPL también hay noticias del anarcosindicalismo en la provincia, En Cármenes se reunían los afiliados de la CNT con el siguiente orden del día:

1.—Nombramiento de mesa de discusión.

2.—Informe del Delegado de enlace.

3.—Negociación o aprobación del proyecto de militarización.

4.—Necesidad de la creación de una federación comarcal,

5.—Asuntos generales.

Días después se organizaba el sindicato anarquista en Villamanín donde figuran los acuerdos mencionados para la formación de los grupos de nueve compañeros y un delegado, primer paso para la creación de lo que ellos denominaban la columna CNT de León. “El que se acordara crear los grupos o escuadras por organización (sin excluir los simpatizantes) no obedece más que, en Asturias, así se está organizando porque la experiencia ha demostrado que será más eficaz para cuanto antes, aniquilar el fascismo” (33).

Sabemos que el Frente del Norte aún durará un año más en caer pero el debilitamiento de la zona cada vez resulta más evidente, a pesar de los esfuerzos por lo contrario, por lo que hay que desconfiar en un grado elevado de la efectividad de estos últimos. No conocemos los motivos —si los hay— que inducen al corte repentino que hemos constatado en la publicación del BGFPL; desde luego que el cúmulo de conjeturas que podamos tener presentes sólo confirma los vacíos documentales de las fuentes contemporáneas, las penurias económicas y el hecho de evidenciar día a día que cada vez más los designios de esta franja norte de León dependen más del Consejo Interprovincial de Asturias y León aprobado por el gobierno republicano en diciembre del 36 y que incluía el punto de gravedad fuera ya de la provincia leonesa, sacrificando una identidad uniprovincial por los imperativos que el frente de combate va demandando. Más que nada el BGFPL retrataba un momento crucial de la guerra mantenida en el verano de 1936 visto desde un lado de las líneas de combate.

VALORACIONES FINALES

Los contenidos de las páginas del Boletín de Guerra del Frente Popular de León que hemos sintetizado brevemente no deben condicionar la valoración última de lo que es la publicación en si misma, el órgano de divulgación como tal. Es evidente que intenta —lo consigue— reproducir las constantes vitales del reducto frentepopulista leonés, pero por encima de todo el boletín supone una identificación de la zona que abarca; la delimitación expresa de unos ideales comunes que son contemplados en un órgano de divulgación oficial. Probablemente se necesitaba esta reafirmación o seña de identidad. Tal vez por eso no hay, ni se busca, una erudición literaria exquisita. Se prefiere el impacto psicológico de quien necesita ver en el boletín un reflejo de la unidad de acción. De hecho es una divulgación pobre, con deficiencias formales, con erratas de impresión, con aportaciones insulsas. Lecciones interdisciplinares como la sociología política o la psicología social nos aportarían sin duda infinidad de matices que aquí se pasan por alto.

El BGFPL era un medio más que un fin en sí mismo. Sus contenidos desgranan un doble cometido: la información y las componendas moralizantes en un ambiente de guerra inusual y asfixiante. La subjetividad se acentúa en sus páginas tanto más cuanto el tema se salga de la oficialidad de noticias puntuales. La realidad de muchos artículos se sustituye por la verosimilitud: esta diferencia supone el aporte necesario para decir lo que se necesita porque autoconvence el hecho de hacerlo así y es extensible a quienes participan de unas mismas circunstancias externas, No significa un dirigismo institucionalizado por parte de los responsables de la publicación, pero sí el necesario argumento de la persuasión de quienes buscan —necesitan— la coherencia de todos los miembros de una comunidad variopinta para unificarla en una tarea común: la resistencia ante un enemigo que cada vez resulta más fuerte y amenazador y con más medios materiales y humanos.

En los quince números objeto de estas reflexiones se constata una diacronía y una sincronía informativas. Diacronía porque se mide en dos meses solamente la evolución de los diferentes comités locales, sindicatos, agrupaciones y entidades que tenían peso específico en la zona. Sincronía porque número a número se reflejan los temas preocupantes y las deficiencias endémicas de la franja norte, esto es, abastecimientos, orden público, requisas, donativos, llamamientos a la población...

Con la caída del Frente Norte moría la esperanza republicana de quienes alargaron ese anhelo hasta el final. El BGFPL como órgano de la Historia algo nos aporta en esa búsqueda del pasado que el presente debe asegurar moral e intelectualmente.


Parte Oficial de Guerra (BGFPL nº 15)

Noticias del Frente de Pola de Gordón

En todos los frentes que controla la Columna de Pola de Gordón, existe absoluta normalidad. En las descubiertas verificadas por nuestros milicianos se observa que el enemigo sigue en la misma actitud.

Todos los días se presentan a nuestras líneas, fugitivos de León que nos dan a conocer las monstruosidades del fascismo, y se calcula que en León llevan fusilados más de un millar de compañeros.

En el frente de Valdeteja nuestros compañeros siguen dando batidas a las fuerzas facciosas que operan por las inmediaciones de Matallana.

Se sabe también que en León los fascistas procuran evadirse de los frentes y muchos se fingen enfermos y otros se hieren ellos mismos para no ir al frente.

Pola de Gordón 26-9-36. La Comandancia.


Parte oficial de Guerra

Noticias del Frente de Pola de Gordón

Sigue habiendo absoluta normalidad en todos los frentes de Pola de Gordon. Ayer un aparato enemigo bombardeó una de nuestras posiciones sin obtener resultados positivos. Después arrojo dos bombas sobre el pueblo de Llombera, inmediato a la referida posición, causando cinco muertos y tres heridos Todas las víctimas estaban en la calle, pues de lo contrario no hubieran causado ninguna víctima las bombas arrojadas por los aparatos rebeldes.

Por la Comandancia.


(1) Cfr, ALVAREZ OBLANCA, W., y SERRANO, S., “La Guerra Civil en León”, Rev. Tierras de León, León, ed. Excma. Diputación Provincial, 30-junio-1987, 2.ª ep. N.º 67, pp. 67 y 85
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(2) Archivo Histórico Nacional de Salamanca (AHNS), B 51/3.

(3) El nº 1 tenia 21 x 28,5 cms., el num. 2, 21 x 29,5 cms,, los números 12 y 13 22 x 29 cms. y el número 15 de 22 x  29,5 cms.

(4) En adelante BGFPL.

(5) BGFPL, Nº 4. 4 de setiembre de 1936, p. 1.

(6) Ibidem, N.º 5, 6 de setiembre de 1936, p. 3.

(7) Ibidem, N.º 11, 18 de actiembec de 1936, p. 2.

(8) Ibidem, N.º 1, 29 de agosto de 1936, p. 2.

(9) Ibidem, N.º 2, 31 de agosto de 1936, p. 1.

(10) Ibídem, p. 2.

(11) Ibídem, N.º 9, 14 de setiembre de 1936, p. 2.

(12) Ibídem, N.º 9, 14 de setiembre de 1936, p. 4.

(13) Ibidem, N.º 10, 16 de setiembre de 1936, p. 3. Según se desprende del orden del día de la reunión de Comités Locales de Abasto.

(14) Ibidem, N.º 13, 22 de setiembre de 1936, p. 2.

(15) Ibídem, N.º 1, 29 de agosto de 1936, p. 3.

(16) Ibídem, N.º 4, 4 de setiembre de 1936, p. 4.

(17) Ibídem, N.º 1, 29 de agosto de 1936, p. 4.

(18) Ibidem, N.º 6, 8 de setiembre de 1936, p. 1

(19) Ibídem, N.º 9, 14 de setiembre de 1936, p. 2

(20) Ibidem, N.º 10, 16 de setiembre de 1936, p. 1

(21) Ibídem, N.º 12, 20 de setiembre de 1936, p. 4.

(22) Ibídem, N.º 2, 31 de agosto de 1936, p. 2.

(23) Ibídem, N.º 14, 24 de setiembre de 1936, p. 2.

(24) Ibídem, N.º 15, 26 de setiembre de 1936, p. 1.

(25) Ibídem, N.º 10, 16 de setiembre de 1936, p. 3.

(26) Ibídem, N.º 17, 30 de setiembre de 1936, p. 2.

(27) Tbídem, N.º 4, 4 de setiembre de 1936, p. 2.

(28) Ibídem, N.º 12, 20 de setiembre de 1936, p. 4.

(29) Ibidem, N.º 4, 4 de setiembre de 1936, p. 4.

(30) Ibídem, N.º 10, 16 de setiembre de 1936, p. 4.

(31) Ibidem, N.º 17, 30 de setiembre de 1936, p. 1.

(32) Ibídem, N.º 17, 30 de setiembre de 1936, pp. 2-3.

(33)  Ibídem.

Boletín del Norte : órgano del Buró del Norte de España, Viernes 15 de octubre de 1937

"AGRUPACIÓN DE PUERTOS

El combate más fuerte de ayer se produjo al suroeste de Busdongo.

Los pajarracos extranjeros, en número de veinticinco, bombardearon intensamente la cota 1783 denominada Peña Lasa. Toneladas de explosivos en sucesivas incursiones arrojaron los pilotos teutones al servicio de los cabecillas sublevados. Un cañoneo ininterrumpido de piezas de grueso calibre hicieron llover obuses en la cima del monte. Las características topográficas de Peña Lasa, desnuda y rocosa, dificultaban enormemente su defensa, puesto que el estallido de las granadas enemigas desmenuzaban los peñascales convirtiendo en verdadera metralla pétrea.

No se amilanaron los defensores de la posición amiga. Estoicamente soportaron cuanta metralla quisieron enviarles los enemigos. Ninguno retrocedió. Esperaron ansiosos y enérgicos la segura avalancha de las fuerzas fascistas que no se hizo aguardar. Moros en su inmensa mayoría. En cantidad notoriamente superior a los nuestros, fiados en su número y la fenomenal preparación que les precediera, los "mojamés" que guerrean por el reinado de Cristo Rey, embistieron seguros de lograr una fácil victoria.

Verdaderamente magnífica fue la resistencia opuesta. Allí se lucho con un denuedo y una valentía pocas veces igualada.

La Brigada montañesa que guarnecía Peña Lasa se cubrió de gloria. Tras ataques porfiadísimos, llegando en todos a la lucha cuerpo a cuerpo; empleándose los cuchillos, los fusiles a guisa de maza, hasta las piedras como rompecabezas. Lucha de titanes antifascistas. ¿Cuantos hombres perdió el enemigo? ¡Quien lo sabe! Peña Lasa quedó en sus manos, pero su defensa constituirá una de las páginas más brillantes de la epopeya asturiana."


La fotografía es de la artillería nacional en el sector de San Pedro de Luna el día 9 de septiembre de 1937.

En septiembre de 1936 en Pola de Gordón funcionaba un pequeño hospital de la Cruz Roja al mando de un médico amigo del doctor Calandre.

En marzo de 1937 los pueblos de Olleros, Brugos, Candanedo, Rabanal, Robledo y Solana estaban deshabitados.

En septiembre de 1937 las tropas nacionales entran en Pola de Gordón y utilizan a los prisioneros de las milicias republicanas para despejar la carretera que ellos mismos habían inutilizado.

En su retirada hacia Asturias las milicias republicanas queman muchas casas en los pueblos que van dejando atrás. Al menos, hasta 1946 se continua la reconstrucción de iglesias, escuelas, ayuntamientos y casas particulares.



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