La Libertad, Madrid, 5 de julio de 1934
Intervención del Sr. Gil Robles
El Sr. GIL ROBLES interviene y dice que la actitud de su minoría podía quedar señalada con la ratificación de las palabras que pronunció en el debate anterior sobre la cuestión catalana; pero en vista de las manifestaciones que se han hecho hoy ha de decir unas palabras más.
Hace protestas de su amor a las regiones; pero ha tenido que mostrar una discrepancia con la última conducta del Gobierno.
Dice que hubiera sido fácil para ellos enarbolar una bandera de españolismo; pero ve en los catalanes a unos hermanos y por eso contra ellos no ha querido pedir medidas de severidad. No cree que en proceder con arreglo a la conciencia haya claudicación.
Se propuso una solución Jurídica y a ella prestamos nuestro asentimiento. Pero las circunstancias han cambiado, y a la transigencia y comprensión nuestra, la Generalidad ha contestado con una actitud de rebeldía que no tiene justificación.
Grave es el problema catalán y difíciles las circunstancias actuales; pero hay que reconocer que son consecuencia de políticos anteriores.
Hay que recordar que en el primer acto de rebeldía de la Generalidad fueron a Barcelona tres ministros españoles, y el Sr. Azaña se doblegó por unos votos de la Esquerra (Aplausos.)
Formidable escándalo. -Los diputados se golpean y las pistolas salen a relucir
La Generalidad no se mostraría tan valiente, porque cuenta aquí con cómplices y encubridores.
En este momento, unos diputados socialistas, con el Sr. Menéndez a la cabeza, protestan con gran violencia. Los de la Ceda y algunos monárquicos contraprotestan, y unos diputados se lanzan contra otros, golpeándose. El escándalo que se promueve es el mayor que hemos conocido.
El Sr. Prieto saca la pistola y se dispone a disparar; pero algunos correligionarios lo retiran con gran esfuerzo.
Intervienen también los ujieres para separar a los diputados. El griterío es inenarrable. En la confusión hay algunos diputados que han caído al suelo.
Se suspende la sesión para que los ánimos se calmen.
El PRESIDENTE, ante la imposibilidad de dominar el tumulto, suspende la sesión y abandona su sitial.
Sigue el escándalo más fuerte, y un SECRETARIO, desde su tribuna, manifiesta que la sesión se ha suspendido sólo por cinco minutos. Esto calma algo los ánimos; pero no mucho.
Se forman corros en todos los lados del salón y se habla a voz en grito. Son las doce menos veinte minutos.
Palabras de paz al reanudarse la sesión
A los diez minutos se reanuda la sesión.
El PRESIDENTE dice que ha tenido que hacer por primera vez lo que muchas veces ha visto hacer en el Extranjero: levantar la sesión para que se restableciea la tranquilidad.
Espera que, pensando en que son españoles y republicanos todos, procederán, para dignidad del Parlamento, con corrección para que termine esta sesión, si no con cordialidad, con mesura.
Lamenta que los socialistas hayan esgrimido pistolas, porque esto no es propio del lugar.
Espera que el Sr. Prieto, con su hidalguía, lo ayudará a terminar este incidente.
Mutuas explicaciones y el incidente se liquida
El Sr. PRIETO dice que el incidente ha surgido porque el señor Oriol ha agredido a un socialista, y había que repeler la agresión.
Dice que los socialistas nunca son los que inician las agresiones, y hoy no la han iniciado.
Declara que es verdad que él ha sacado la pistola porque ha visto que frente a él había otra amartillada.
El Sr. ORIOL manifiesta que la agresión no ha partido de él ni de los suyos y que han sido llamados canallas por los socialistas, y entonces han sido ellos los que han replicado.
El sr. TIRADO manifiesta que él, en efecto, ha pronunciado la palabra de farsantes cuando hablaba el Sr. Gil Robles; pero esto no justifica que se le dirigiera el Sr. Oriol en actitud airada.
Yo le dije que por buenas la retiraría; pero exigida de mala manera, no.
El PRESIDENTE da por terminado el incidente.
Sigue el Sr. Gil Robles su discurso
El Sr. GIL ROBLES continúa su discurso.
Dice que él decía cuando se ha suscitado el incidente que ellos no podían contribuir a la maniobra de los cómplices y encubridores de la Generalidad de derribar al Gobierno, y por eso votarán la proposición.
Discrepa del criterio sustentado por el Sr. Prieto sobre la aplicación de los artículos 19 y 80 de la Constitución.
Son de otra interpretación, por que no se trata de establecer nuevas bases para resolver un conflicto con la región autónoma.
El artículo 80 faculta al Gobierno para legislar en asuntos urgentes, y la urgencia se produce por todas las materias y en todo momento.
Si el Sr. Prieto quiere suprimir el artículo 80 de la Constitución, dígalo, y seguramente habrá diputados que le secunden.
Está conforme con la clausura del Parlamento, y no recuerda ninguno que haya tenido un período tan largo seguido de sesiones como éste.
Tardes como la de hoy sólo son posibles cuando se obstaculizan las discusiones.
No comprende las palabras del Sr. Valentí, que hablaba de que el problema catalán se envenena cuanto más se hable de él en el Parlamento y luego pide que éste no se cierre y se discuta el problema.
Manifiesta que la minoría radical demócrata ha querido dar una estocada al Gobierno con las armas de los demás, y termina diciendo que su minoría apoyará decididamente al Gobierno.
Rectifica el Sr. Prieto
El Sr. PRIETO rectifica una vez más, insistiendo en el criterio contrario a que se lleve a la Diputación permanente el problema catalán.
Si se plantean cuestiones urgentes, el Gobierno debe convocar al Parlamento para resolverlas.
La Cámara ha negado autorización para legislar por decreto, y ahora se pretende llevar el asunto a la Diputación permanente. Eso es la muerte del régimen parlamentario.
El Sr. Martínez Barrio llama audaz al Sr. Gil Robles
El Sr. MARTÍNEZ BARRIO interviene para evacuar una alusión del Sr. Gil Robles.
Justifica la intervención del señor Valentí, que es la adecuada a sus ideas.