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La minería leonesa en 1918

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En la revista EL FÍGARO del 24 de diciembre de 1918 se ofrece una descripción de la minería leonesa del carbón.

UN IMPORTANTE CENTRO MINERO 

HIJOS DE TEÓFILO ÁLVAREZ

Cuando en el año de 1915 comenzó el gran movimiento minero en la cuenca de Villablino, que divulgó por el mundo industrial el nombre de la pintoresca villa del valle de Laceana, se constituyó la Sociedad «Hijos de Teófilo Alvarez», integrada por unos muchachos llenos de entusiasmo y amor al trabajo, que pusieron su ardor juvenil al servicio de su «patria chica» poniendo en condiciones de explotación minas que ellos denunciaron, y mejorando la producción de otras que más tarde adquirieron por compra.

Es difícil convencer al lector, que mira siempre estas informaciones con alguna desconfianza, de que la cuenca minera de Villablino constituye hoy uno de los más ricos yacimientos de España.

Su riqueza en carbones es inmensa, como lo prueban los estudios hechos por los técnicos ; la cubicación de la cuenca, anterior a los trabajos que ahora han empezado, arrojaba un total de 60 millones de toneladas de carbón; solamente en una de sus partes el número de capas se había calculado llegaba, a «quince», con un recorrido de 25 kilómetros. Su altura sobre el nivel de los valles en que están enclavadas es de 200 a 600 metros; el espesor del carbón en las capas varía desde 0,80 centímetros a 1 metro 50 centímetros, y el carbón es tan excelente que puede competir con el mejor carbón inglés.

Los concienzudos trabajos especiales hechos por los ingenieros Sres. La Rosa y Revilla, que tanta participación tienen en el resurgimiento minero de esta provincia, son aún más explícitos y contundentes respecto a la cantidad de riqueza mineral que ella encerraba.

No es pequeña la participación en este total resurgimiento de la Sociedad de Hijos de Teófilo Alvarez en este aumento de riqueza. Hoy poseen en aquella privilegiada cuenca minera «La Viguellina», de hulla grasa, con 20 a 25 de materias volátiles, 10 a 15 de cenizas y más de 8.000 calorías; la «Regalada», «Aurora» y «Favorita», de semigraso, con 11 de volátiles, 16 de cenizas y más de 8.500 calorías, y, además, una cooparticipación en la mina «Teófilo», de la misma cuenca.

En el Bierzo poseen otras dos minas de excelente antracita, de un poderoso rendimiento.

Colocadas estas minas en uno de los más bellos rincones de la pintoresca provincia de León, llena toda ella de recuerdos históricos de un enorme interés que no es de esta ocasión, estas minas, como otra inmensa mayoría de ellas, no distante, se hallan en la actualidad en plena explotación, luchando con las insuperables dificultades que los medios de transporte crearon, dificultades que aún no han desaparecido. Para poner el carbón en las estaciones de Santibáñez, La Robla, Brañuela y Bembibre, principales puntos de salida del mineral, para lanzarlo al mercado, fué preciso utilizar carros tirados por bueyes y caballerías, utilizando caminos y carreteras imposibles, lo que hacía y hace ascender el precio del combustible por tonelada a precios que han oscilado entre 65 y 80 pesetas, con la amenaza constante de la paralización de producción, pues los carreteros dándose cuenta de lo imprescindible de su colaboración en determinados momentos, se unían todos obligando a los dueños de las minas a satisfacer todas sus exigencias, que crecían todos los días.

El coste de explotación, propiamente dicha, es muy variable, pero siempre sumamente caro, pues el acarreo de la dinamita, madera y raíles necesarios para los trabajos de extracción, etc., llega a veces a fijar en 20 pesetas el gasto preciso por cada tonelada de carbón.

Son tan limpios los carbones de esta rica cuenca minera, que, sin necesidad de someterlos a la previa operación del lavado, pueden competir ventajosamente con los mejores y más reputados de las cuencas asturianas, puestos en cualquier extremo de la Península, lo mismo en Madrid, que en Zaragoza, que en Valencia y que en Barcelona, donde ha sido muy grande su consumo.

Gran parte de la considerable producción de la Sociedad de Hijos de T. Alvarez se destina hoy a las Compañías ferroviarias del Norte, Mediodía y la de Madrid, Cáceres y Portugal. Y mucho más podría intensificar la expansión de sus productos la Sociedad que nos ocupa, si otros fuesen los medios de transportes y, aun dados estos transportes elementales, se dispusiera de regulares caminos.

Se ha hecho patente con motivo de la guerra europea, además de nuestra consabida imprevisión, que alcanzó aquí su máximum, que el consumo carbonífero nacional hoy no se cubre con la producción que hoy existe, a pesar de contar aquí con cuencas carboníferas de gran importancia, pero que no pueden llenar las exigencias de nuestro mercado de carbones, por estar aisladas de medios de comunicación y no poder llegar a tener todo su desarrollo.

Esto es lamentable, y ello nos obliga a ser tributarios del Extranjero y a seguir siéndolo durante muchos años, y  supone que todos ellos tengan que ingresar en España grandes cantidades de carbón extranjero, con grave quebranto de nuestra economía nacional y de nuestro progreso industrial, que es sin ninguna duda mucho más importante.

Contra esta dependencia económica del Extranjero, teniendo el producto en cantidad y calidad, dentro de nuestra casa, es contra la que se levantan hoy los esfuerzos de esta nueva generación de leoneses que, sacudiendo la apatía y el desprecio por las cosas propias, han realizado la grandiosa obra de poner en explotación esta inmensa cantidad de riquezas que yacían ocultas entre las sierras abruptas de esta hidalga tierra, que ya otra vez supo redimir a la patria del yugo extranjero.

Pocos, como los Hermanos Arias, descendientes de una vieja familia montañesa, conservan las cualidades típicas del leonés: la sobriedad y el tesón. Con estos preciados elementos y su juventud han logrado realizar una gran obra patriótica, a la vez que eminentemente regional, acrecentando la riqueza española a la vez que redimiendo a una parte de la provincia de León de la escasez y la penuria en que vivía. Alrededor de varias de sus minas surgirán, no tardando, agrupaciones obreras, que más tarde serán pueblos prósperos y ricos. Una época de bienestar se anuncia en todo el Norte de la provincia de León, donde la inteligencia y el esfuerzo de los actuales leoneses darán su necesario fruto.


Nosotros nos complacemos, sobre todo, en consignar aquí el perseverante esfuerzo que en tan malas condiciones vienen realizando estos dos hermanos—llenos de inteligencia y voluntad—, cuyo trabajo debe ser conocido por todos, para alejar de los sanos espíritus ese destructor pesimismo que parece sofocar todo noble impulso y toda loable acción. Destructor pesimismo que basta hace pocos años tenía como, encadenadas las energías ocultas de esta vieja raza.

P. de S. 

GENTE QUE TRABAJA  

SINDICATO REGIONAL MINERO LEONÉS

—Pero, ¿d e verdad son las nueve ?
—No le quepa a usted duda; en la Catedral acaban de dar.
—Luego, ¿ es preciso levantarse ?
Indudablemente.
—¡Alló!...

Minutos después estamos almorzando en el comedor del Grand Hotel; Winocio, el fotógrafo, el que vino a decirme que al reloj de la Catedral se le había ocurrido apuntar las nueve cuando yo estaba en lo mejor de mis sueños. numera los «chasis».

—Me parecen demasiados preparativos—le advierto.
—¿ Cómo ? ¿ Va usted a visitar a una de las más importantes Sociedades mineras de la provincia y le parece excesivo que prepare una docena de placas ?
—Allá varemos; pero le recomiendo que al entrar disimule usted la maquinita.
—¡Bah!.. .

Lograr una entrevista con el presidente del Sindicato Regional Minero Leonés no es cosa fácil. D. Pedro Gómez Prieto tiene fama de hombre amable y bondadoso; pero irle a sorprender en su despacho del Sindicato para hablarle de otra cosa que no sean los negocios de la Asociación, no suele agradarle.

Sin embargo, con el argumento de que el periódico lo manda, yo me meto en su despacho y comienzo a contarle «la mar» de cosas, que estoy seguro le tienen perfectamente sin cuidado. El Sr. Gómez Prieto, que en aquel momento despacha la correspondencia con el culto abogado Sr. Zuluaga, me mira extrañado. Con gesto de dudoso buen humor me señala una silla, y observa casi con temor al fotógrafo. 

—Bueno—-interrumpe, aprovechando una pausa que me he visto obligado a hacer para tomar fuerzas—. Ya me ha dicho usted que hace un día muy hermoso, pero que tiene usted frío; que esta habitación es confortable; que debo tener mucho trabajo; que usted viene a distraerme... ¿ Qué va usted a decirme ahora ?
—¡ Caramba , D. Pedro ! Usa usted una dialéctica tan expresiva...
—Yo, por mi parte, le diré a usted que estoy conforme con lo de la mañana hermosa y con que en estos momentos estoy muy ocupado. Por eso temo no poder atenderle...
—¿ A que sí ?
—¿ Está usted seguro ?
—¡Ya lo creo! Figúrese que vengo a llevarme para EL FÍGARO una información del Sindicato Regional Leonés.
—Bien.
—Usted es su digno presidente...
—Eso está ya menos bien.
—Pues es preciso que usted me cuente cosas del Sindicato: sus orígenes, labor que lleva realizada, proyectos para el porvenir...
—¿Y viene usted de Madrid con esa intención?
—Casi casi...
—Tenía yo otra idea de los periodistas de Madrid.
—¿ Cómo ?
—Me los figuraba menos cándidos.
—No entiendo.
—Pero, hombre de Dios, ¿usted se figura que le interesa a nadie nuestros trabajos, nuestros esfuerzos?...
—Deben interesar. Y EL FÍGARO se ha propuesto llevar a sus páginas algo de esa actividad que por los rincones de España se despliega, que ya va siendo hora que todos nos enteremos de lo que sucede más allá de la Carrera de San Jerónimo.
—Muy bonito todo eso si encontrara eco. Pero temo que se queden ustedes solos...
—Solos... con ustedes. No es mala compañía.
—¿ Luego la interviú es inevitable ?
—Inevitable e indispensable.
—Bueno; pero ese señor fotógrafo nos hará el favor de estarse quieto.
—¿ Nos impedirá usted que hagamos unas fotografías ?
—Mire, tengo la correspondiente parte alícuota de vanidad de los humanos, pero no veo ninguna relación entre el Sindicato y unas pruebas fotográficas.
—Entonces...
—Usted preguntará, yo responderé como mejor sepa y el fotógrafo contemplará el paisaje.

El Sr. Gómez Prieto pide unos legajos para documentar sus respuestas, el fotógrafo pone cara de victima y yo presté toda mi atención a las palabras de D. Pedro, que creo reflejar aquí con exactitud:

—El Real decreto de 12 de julio de 1917 creando el Consorcio Nacional Carbonero, o sea la agrupación de Sindicatos regionales de propietarios mineros, fué la causa inicial de la constitución de nuestro Sindicato. Para dar cumplimiento a las disposiciones de dicho Real decreto se convocó por la Jefatura de Minas en esta provincia la reunión previa de mineros propietarios de la misma, reunión que se llevó a efecto el día 23 de agosto del pasado año, en cuya fecha quedó constituido nuestro Sindicato. 

La época de verano en que la constitución tuvo lugar, algo de desorientación producida por la falta de datos concretos respecto al modo y forma de dar realidad efectiva a nuestra entonces naciente Asociación, el deseo de que ésta se constituyese con la organización y fuerza necesaria, y el temor de que no supiésemos realizar esta misión que se nos encomendaba, nos hizo dar con relativa pereza, mejor dicho, con miedo, los primeros pasos. Después de meditado estudio, decididos, por fin, a no dejar por más tiempo la organización de nuestra Asociación, celebramos la primera junta oficial el día 3 de septiembre del pasado año, cuando aun no teníamos instalado nuestro domicilio-oficinas ni contábamos con el personal necesario para los trabajos de organización. 

A pesar de ello, en aquella junta ya se abordó el estudio del problema esencial y más sentido en nuestra provincia con respecto a las explotaciones mineras, y se acordó formular una ponencia para que nuestro representante en Madrid la llevase al Consorcio Nacional Carbonero; pedíase en ella la construcción de un ferrocarril secundario de Ponferrada a Piedrafita, pasando por Villablino. La de otro de La Robla a Astorga, pasando por La Magdalena, y la de otro, de vía ancha, que uniese la cuenca carbonera de Cistierna con Palanquinos. La ponencia fue redactada.y enviada al excelentísimo señor marqués de Portago, quien la tiene presentada al Consorcio Nacional. 

A partir de esta primera junta, dedicamos nuestra actividad a la organización definitiva del Sindicato, instalando el domicilio-oficinas que actualmente ocupamos, formando los estatutos por que nos regimos, consiguiendo, por fin, convocar la primera junta general el día 16 de diciembre próximo pasado, en la que se aprobaron definitivamente los estatutos y se analizó la gestión de la Junta directiva, que al fin conseguía reunir, debidamente asociados, a los mineros leoneses, en su domicilio oficial, dando así realidad a necesidad tan sentida y deseada, y dejando sentada la primer piedra sobre la que seguramente se irá afianzando nuestra Asociación. 

A partir de aquella fecha, el número de asociados ha ido aumentando cada día, llegando en la actualidad a estar inscritos como socios del Sindicato la casi totalidad de los mineros leoneses, pudiendo asegurarse que no llegan a una docena los que aún no han venido a inscribirse como tales, seguramente por pereza más que por falta de voluntad y deseo. Las juntas celebradas por esta Directiva se han sucedido con mayor frecuencia cada día, y en ellas siempre ha sido objeto de estudio las necesidades de la industria minera de nuestra provincia, más sentidas cada día a consecuencia de las circunstancias creadas por el conflicto mundial, habiendo procurado siempre no limitarnos al estudio de las mismas, sino a procurar inmediato remedio; a tales fines se elevaron respetuosas protestas contra la desorganización de los transportes, siendo la primera la acordada en junta de 3 de noviembre del pasado año y contra la prohibición de facturaciones a Bilbao desde las estaciones de Matallana a Cistierna.

No creemos necesario recordar la memorable reunión celebrada con asistencia de todos los socios de este Sindicato y de los mineros de toda la provincia en 20 de enero último, con motivo de la tasa de los carbones; fué realmente un acto que demostró la vitalidad de este Sindicato y que puso de manifiesto adonde podemos llegar con la unión y cooperación armónica de todos los mineros. El estudio que de tan importante asunto se hizo aquella mañana, y la Memoria que como consecuencia del mismo se redactó y elevó al excelentísimo señor ministro de Fomento, son las más relevantes demostraciones de esta afirmación. 

Cábenos el orgullo de haber demostrado en aquellas líneas la razón que en nuestra demanda nos asistía, y es el primer galardón de nuestro Sindicato el haber conseguido que se nos oyese por los altos poderes con la atención debida. logrando que se procediese a un nuevo estudio de tan vital asunto, y a una revisión de la primitiva tasa. De aquella reunión surgió una Comisión portadora de nuestra demanda, que acudió a Madrid, y con nuestro activo y querido representante en el Consorcio nacional Carbonero, el excelentísimo señor marqué  de Portago entregó al excelentísimo señor ministro de Fomento la Memoria, aprobada por aquella memorable junta. 

Los efectos de aquella demostración de vida dada por nuestro Sindicato no se hicieron esperar; los frutos de nuestra unión se iban recogiendo, y la confianza que en ella habían concebido todos los mineros asociados en esta Agrupación se hizo más patente cuando al poco tiempo de aquella junta acudieron al Sindicato los socios de la línea de Galicia en demanda de que el Sindicato interviniese directamente en la distribución y suministro de vagones en dicha línea para el transporte de carbones. A petición de los mismos, en la junta general del 27 de enero se acordó dirigir una exposición al representante del Sindicato en el Consorcio nacional Carbonero, el excelentísimo señor marqués de Portago, para que solicitase del excelentísimo señor ministro de Fomento dicha intervención.

El resultado de esta nueva actuación de nuestro Sindicato fue inmediato; el 10 de febrero siguiente se reunían en nuestro domicilio los mineros de la línea de Galicia, con asistencia de los señores ingenieros de dicha línea, Sres. Faquineto y Conesa, y estudiaban el procedimiento para llegar a un suministro de vagones en forma equitativa y razonada. Era otra prueba más de que nuestro Sindicato no es, una Asociación de nombre ni un organismo decorativo; era la demostración evidente de lo que significa la unión y la actuación asociada ; nuevamente nuestra demanda fué atendida, y otra vez recogíamos el fruto del esfuerzo aunado sin interés egoísta personal y sólo con miras al bien común.


Y por último, la reorganización de los transportes en la línea de La Robla, objeto de las Asambleas celebradas en Bilbao, han puesto también de manifiesto que el Sindicato es algo que se reconoce por todos como una fuerza de asociación de la minería leonesa. A él han acudido los mineros de dicha línea cuando trataron de organizar su Asociación de los de la provincia de Palencia y León; con él contaron para que dicha Asociación no significase ni un momento disgregación ni separación de los principios de unión y fuerza que caracterizan a este Sindicato, al que rindieron justo homenaje de reconocimiento nombrando vocal nato de su Junta directiva a nuestro presidente. 

No le contaré a usted las últimas actuaciones del Sindicato, referentes al aumento de vagones para el transporte de carbones para embarque a los puertos de Coruña y Vigo, por ser de sobra conocidas por todos los asociados; pero he de insistir en que si en época romo la actual, de difícil actuación, el Sindicato ha conseguido dar patentes señales de vitalidad y hacerse oir de los Poderes, es incuestionable que con unión y decidido espíritu de asociación, nuestro Sindicato llegará a ser algo grande, indispensable para nuestros intereses y fuerza vital, que velará por la minería de esta región, tan abandonada y preterida. 

— ¿ Quiere algo más el señor curioso ?
—termina D. Pedro, 
—Sí; yo quisiera también decir algo de la labor personal del Sr. Gómez Prieto; pero no hay forma. Don Pedro no me hace caso y se pone a firmar cartas. En esto suena un chasquido; es Winocio, que justifica su presencia...

Yo pongo rápido final a la entrevista para evitar mayores males, después de lograr el curioso estado comparativo de los precios de algunos artículos indispensables en las explotaciones mineras, y que hará reflexionar a los que todo lo encuentran tan caro»... 

Estado comparativo de los precios de algunos artículos y elementos indispensables en las explotaciones mineras:  

ARTÍCULOS                                  PRECIOS      En 1914              En 1918. 

Puntas, medio paquete ......................................... 1,20 ......................5
Hierros, el kilo....................................................... 0,26 .....................1,16
Aceite valvolina, ídem ......................................... 0.92 ......................6,50
Aceite de máquinas, ídem..................................... 0.89 .......................2,50
Aceite de engrase de vagones, ídem., ....................0,40 .......................1,50
Picachones, ídem ................................................... 0,60 .......................1,50
Carburo, idem ........................................................ 0,40 .......................1,50
Acero en barras, ídem ............................................ 1,20 ....................3,25
Estaño, ídem .......................................................... 6,25 .....................13
Bencina, el litro ..................................................... 0,67 ......................3,25
Palas, una ............................................................... 1,58 ......................4
Cemento, saco ...................................................... 2,10 ........................6,25
Dinamita, caja ....................................................... 75 ..........................95
Maderas para mina, pulgada. .................................0,30 ........................0,50
Carriles, tonelada. ..................................................300 .......................1.475
Rodámenes vagones y vagonetas, kilo .................. 0,90 ........................3,75
Pareja de bueyes .................................................... 725 .........................1.475
Paja, arroba ............................................................ 0,40 ..........................2
Centeno, los cien kilos .......................................... 24,50 ........................41,25
Vagón tipo hullero, uno......................................... 3.000 .........................10.000
Brea, tonelada ........................................................ 80 ............................500
Jornales, tipo medio ............................................... 4 ...............................9 

D. MIGUEL CANSECO 

LEÓN

Intimamente unido al actual engrandecimiento de la tierra leonesa va el nombre de Miguel Canseco, de este muchacho joven, inteligente y extraordinariamente trabajador, que muy mozo aún, cuando apenas contaba dieciocho años, y era ya doctor en Derecho, prefirió las inquietudes propias de la vida del negocio a las comodidades regalonas que le ofreciera su pingüe patrimonio. Dotado de un optimismo encantador, que le hace pasar incólume sobre las menudencias de los hombres; admirado unas veces y envidiado otras, allí en un rincón de su provincia, cuando sus iguales se dedicaban al paseo y a la bagatela señoril, él se recluye en la primera mina seria que se conoció en la provincia, «La Carmonda», y dejando sus hábitos regalados convivió con el obrero su vida y adquirió la confianza en sí y ese carácter franco y llano, pero fuerte y sostenido, que le han llevado al éxito. 


Mas no pudo dedicarse de lleno a labrarse el brillante porvenir que allí tenía, y él había adivinado con su certero instinto de hombre de negocios, heredado, sin duda, de su honradísimo y laborioso padre D. Manuel; pues hasta su apartado rincón le fueron a buscar las voces amigas que le exigían el sacrificio de renunciar a su interés personal para atender al otro más grande de toda la tierra leonesa, que en manos de políticos inhábiles, los más de ellos extraños a ella por su sangre o por su corazón, se preocupaban únicamente de su medro personal, sin importarles un ardite los intereses más espirituales y más hondos e importantes de toda la región. 


Ante esta llamada cordial de los hombres de su tierra, que es acaso lo que más ama, amó y amará este hombre—que, como dijo el profeta, amó mucho, y por eso todo le será perdonado—, D. Miguel Canseco no vaciló. Muy pronto fué elegido diputado provincial, cargo que desempeñó en diversas legislaturas, así como el de director del Hospicio de León, y otros análogos, logrando ser considerado como el jefe regional de uno de los partidos más potentes entonces de la política leonesa. 

Los desengaños continuos que sufrió en estos cargos, donde su magnificencia proverbial se encontró siempre torturada entre la sabia y primitiva visión de los de arriba, de los que no pretendía ni esperaba nada, y la avidez creciente de los de abajo, que consumían su vida en pequeñas intrigas, hizo que el Sr. Canseco, desengañado como tantos hombres de buena voluntad, comprendiera que el resurgir de su amada tierra no podía llegar por aquel camino. Es más; que por ese camino, era imposible. Fué entonces cuando volvió de lleno a su vida activa de hombre de negocios, y construyó en Asturias uno de los primeros saltos de agua, el de Moreda, unido a D. Próspero Blanco, donde pronto montó una fábrica de luz eléctrica, que produce 400 caballos, resolviendo el problema del alumbrado en todo aquel rico contorno minero. 


Muy poco después de esta feliz experiencia planeó y construyó, auxiliado por la pericia de dos hombres bilbaínos de extraordinario mérito, D. José de Zarauz y D. Federico Ugalde, el magnífico salto de agua en el río Porman, de un rendimiento de 1.200 caballos de fuerza, que vino a resolver el problema del alumbrado en León, al mismo tiempo que fué como el guía y el auxiliar de muchos de los negocios que comenzaron a plantearse más tarde en la provincia. Al mismo tiempo, y en una hermosa finca que poseía cercana a la estación del ferrocarril en León, con su propio y especial apartadero, instaló las acreditadas bodegas leonesas, con el altruista fin de unificar el tipo de vino de la región, tan apreciado en el mercado. 


Siendo el Sr. Canseco el explotador de la mina de carbón que lleva el número 1 entre los expedientes de concesión, y habiendo llevado a cabo la ejecución del primer salto de agua en aquella provincia, y el segundo de los hechos en Asturias, continúa su gran labor de interés patrio y explota actualmente varias minas de carbón en la cuenca de Villablino y de la Magdalena, llegando a obtener una producción considerable, que le sitúa, indiscutiblemente, en la primera línea de mineros de toda la provincia. 


Tiene, además, en su apartadero de León, centro de producción y consumo de carbones, instalada una magnífica fábrica de briquetas, construida por la casa de D. Miguel de Prado, de Valladolid, con todos los adelantos modernos y de una capacidad productora de más de 200 toneladas al día, en la que aprovecha los carbones menudos, tan abundantes en aquella provincia. Tanto en el negocio de carbones, propiedad y explotación de minas, como en la fábrica de briquetas, cooperan como asociados al Sr. Canseco la importante Casa inglesa Griffitbs, cuyos directores, dos españoles inteligentes, los Sres. Madrona y Pérez Moliner, y el no menos conocido bilbaíno D. José de Zarauz, secundan felizmente sus iniciativas. 

También la Sociedad anónima «León Industrial», regida desde su fundación por los Sres. Zarauz y Canseco, está construyendo en el río Porman, muy cerca del antiguo y notable salto que antes construyeron, otro que ha de proporcionar una ayuda de más de 800 caballos, y que beneficiará grandemente a dicha Sociedad y a las industrias leonesas. La repetida Sociedad «León Industrial», prosiguiendo sus felices iniciativas, comenzará en la próxima primavera la ejecución del ya famoso salto de Corbón, situado en el río Sil y en el centro de las grandes concesiones mineras de carbón de la cuenca de Villablino, y las no menos interesantes de hierro, llamada «Wagne». 

El Sr. Canseco, aunque desligado de toda comparsería política, continúa representando, por la sola voluntad de sus electores y para bien de sus conterráneos, en la Diputación provincial, siendo vicepresidente de la misma. No queremos enumerar otra porción de proyectos e ideas, algunos ya en vías de realización, que actualmente ocupan la portentosa actividad del Sr. Canseco, de este hombre bueno y altruista que, honda y francamente enamorado de su tierra, supo elevarla con su esfuerzo constante al maravilloso grado de prosperidad en que actualmente de encuentra.

VICENTE CRECENTE. 

- LEÓN Lo que se puede hacer con 3.000 pesetas tomadas a rédito

Si es hermoso y grande ese espíritu industrial que produce y abarata los elementos de la vida, transforma las costumbres, dignifica al obrero, difunde el bienestar y donde se fija todo lo embellece, porque a él afluye la riqueza, obedeciendo a las leyes de la necesidad, y a él deben cuanto valen Bilbao, Barcelona, Madrid y otras grandes capitales; ese espíritu industrial es sublime cuando procede de una voluntad aislada, falta de medios, fuera de ambiente y que consagra su actividad a una provincia como la de León, donde, olvidados de su pasada grandeza y ayunos de toda protección oficial, los moradores viven la vida casi patriarcal y sin que los ricos y la personas pudientes del país inviertan su dinero en el fomento de las industria porque claman los naturales veneros de riqueza del terreno leonés. 


Estas consideraciones vienen rodando por la Prensa regional de León desde que comenzara el gran movimiento minero, que tiende a convertir a aquella región en una de las más ricas en producción minera. El primer paso ya está dado; en derredor de las personas de iniciativa, de proceder honrado y de relevantes dotes mercantiles se asocian las personas de inteligencia y capital, con gran sentimiento de los agiotistas y merodeadores del dinero ajeno, y la región se transforma lenta, pero continuamente, ofreciendo puerto franco a las especulaciones de la industria, que determinarán una era de abundancia.

En el resurgimiento industrial de la provincia de León han podido observarse notables casos, que ponen de relieve lo que se puede lograr de una fuerte voluntad, de una recta intención. Vicente Crecente iba para señorito de capital provinciana; la posición de su familia le eximía del trabajo. Pero quiso ser algo más que el pueblerino que ve deslizar sus días entre comilonas, cacerías y cortejar a las mozas. Y se dispuso a trabajar. 

No inspiraba mucha confianza a sus paisanos aquel muchacho que por su gusto iba a lanzarse a la vorágine de los negocios. Sus compañeros, en la vida regalona y tranquila de la capital, le negaban apoyo para sus empresas. Y Crecente tuvo que acudir al préstamo para lograr tres mil pesetas, con las que emprendió una vida nueva, una vida de trabajo, de luchas, de preocupaciones... Duros fueron los primeros años. Pero la constancia venció a las dificultades; la inteligencia, a los malos negocios; la  honradez, a la desconfianza de los demás. 


Hoy, la firma de Vicente Crecente goza de sólido crédito. Su fortuna permite a la fantasía tomar aspectos de realidad cuando se citan cantidades de siete guarismos, y se adivina para un porvenir no lejano la perspectiva de una magna empresa industrial. Es, quizá, uno de los mineros que tiene mayor número de pertenencias en la provincia. Sus explotaciones se extienden por las tres cuencas en que se halla dividida la región minera de León, y produce desde la antracita hasta el carbón semigraso de 26 por 100 de volátiles, que aprovechan las fábricas de gas. Actualmente, en las 11.000 hectáreas que tiene concedidas explota 3.000 toneladas mensuales, y podría llegar a las 9.000 toneladas, intensificando la producción y sin mayor preparación. 


El mercado solicita muy preferentemente sus antracitas de Bembibre y Caminayo, los carbones secos de Renedo y Valderrueda y el graso de Lillo (Boñar), debido a la limpieza y calorías de estos minerales. La principal salida es para Madrid, Bilbao y Barcelona, en donde lo consumen varias Compañías de ferrocarriles. Tiene establecidos depósitos y apartaderos propios en La Robla, en la.línea del ferrocarril del Norte, y en Boñar, Bembibre y Puentealmuhey; pero todo eso de poco sirve, porque los transportes dan al, traste con toda organización, por perfecta que ésta sea. Idea de ello darán estod datos: hoy tiene el señor Crecente en sus depósitos: 

La Robla............ 3.000 toneladas. 
Boñar ................2.000 — 
Puentealmuhey. 3.000 — 
Bembibre ......... 500 — 
Total.................. 8.500 toneladas. 

Sus compromisos le obligan a una exportación mínima de 3.000 toneladas, y en el pasado mes de noviembre sólo pudo cargar 644 toneladas, y hasta el 14 del corriente, ¡ 40 toneladas ! Unase a estos quebrantos el qué actualmente los transportes, desde la boca de la mina a los cargaderos, importan por tonelada : 

A Bembibre  ..................15 pesetas. 
A Boñar........................... ,17 — 
A Puentealmay................ 12 — , 

resultando, por consecuencia, que la mercancía, gravada de tal forma, alcanza una cifra exorbitante; pues todavía hay que añadir que los gastos de explotación, en virtud de la pasada guerra, han sufrido un aumento de un 300 por 100 sobre el precio anterior a 1914. De forma que todos los esfuerzos del Sr. Crecente, y lo mismo cuantos prodigan el resto de los mineros leoneses, vienen a estrellarse en el lamentable abandono, en la incomprensible indiferencia con que los Poderes públicos asisten al desenvolvimiento de una de las más ricas zonas mineras de España. 


El depósito que el Sr. Crecente tiene en Boñar se halla a unos 15 kilómetros de su mina de Camposolillo ; y entre las pésimas condiciones del camino, que sólo permite a duras penas, el paso de carretas tiradas por bueyes, y la escasez de dichas carretas, se suele emplear en recorrer esa distancia cerca de un día entero. Eso, sí ; las carretas serán pocas y malas, pero sus conductores emplean unas tarifas que hacen valer, sabedores de que son insustituibles, que pueden competir con los precios al uso en las grandes capitales norteamericanas para el transporte del correo por medio de aeronaves. 

Además, esas carretas no tienen una cabida mayor de tonelada y media ; con que figúrense nuestros lectores las desazones del Sr. Crecente al contemplar sus depósitos repletos de mineral y no ver forma de darle salida y cumplir sus compromisos, sino pagándolo muy caro, y ni aun así lograr atender con puntualidad a las ofertas. Como en España de todo se hace cuestión política, a pesar de lo mucho que se viene predicando acerca del desbarajuste de los transportes, no ha sido posible conseguir que un Gobierno tome este asunto como cuestión esencialísima para la intensificación de la producción nacional. 

No discutiremos si es España un emporio de riqueza que se baste a sí misma ; pero que, desde luego, de nada podrán servirnos nuestras riquezas naturales mientras el naviero de Bilbao o el fabricante de Barcelona encuentren más barata y mejor servida su demanda haciéndola a Cardiff que a una de nuestras cuencas mineras. Porque, y ya se nos quedaba en el tintero, también las Compañías de ferrocarriles hacen lo que pueden en esto de los transportes, y la escasez de material móvil y de tracción viene a complicar aún más la cuestión. Y terminemos estas líneas que suponemos suficientes para dar una idea aproximada de lo que el señor Crecente pudo hacer con tres mil pesetas tomadas a réditos, luchando frente a la indiferencia de los zánganos que zumban alrededor  e toda colmena.  

SANTA LUCIA (LEÓN) 

"HULLERA VASCO-LEONESA"

Desde hace unos veintitantos años, que la explotación que hoy lleva este nombre viene laborando callada y metódicamente por su propio engrandecimiento, al que va internamente unido el de una gran parte de la provincia de León, pueblecillos como la Pola de Gordón y Santa Lucía, humilde amontonamiento de casuchas míseras, pero que siempre albergaron corazones nobles, se han transformado de tal modo en muy corto espacio de tiempo en lindos pueblecillos llenos de «chalets» elegantes, hasta donde el «confort» moderno llegó acaso más violentamente que a la misma ciudad. 


Es notable el poder transformador del dinero, que yacía enterrado en las negras entrañas de la tierra, hasta que la voz mágica del progreso le hizo surgir a la luz del sol. Mas no es nuestro propósito hacer divagaciones sentimentales sobre materias económicas ; nuestro fín es, única y sencillamente, poner de manifiesto la inmensa obra realizada por esta vieja Sociedad, formada con capitales bilbaínos, capital bilbaino que nunca se retrajo de emprender negocios en tierras de León, pues muy al contrario, una gran parte del fuerte sacudimiento espiritual moderno que hoy experimenta León, su provincia y sus hombres, se deben a él, que siempre acudió presuroso para ayudar a nuestra provincia, hasta entonces pobre y muy abandonada. 


La Sociedad Hullera Vasco-Leonesa, aunque domiciliada en Bilbao, tiene sus oficinas mercantiles y dirección técnica en Santa Lucía, dirigidas por el joven y competentísimo ingeniero de Minas D. Manuel García Peña, quien con un celo y una actividad que le honran, ha logrado continuar la obra iniciada por D. Bernardo Zapico, llevándola a su completo y total desarrollo, y aun perfeccionándola con atinadas y juiciosas modificaciones. Cuenta esta Sociedad con 6.000.000 de pesetas de capital, y,en su Consejo de Dirección figuran nombres tan prestigiosos como los de D. José María Olavarri y D. José A. Ibarra, llevando la gerencia de la misma el conocido y competente hombre de negocios D . José Sagarminaga, cuyo nombre solamente es garantía de competencia y laboriosidad. 


La Sociedad cuenta con una gran cantidad de concesiones, que la hacen susceptible de un aumento de producción indefinida. En la actualidad explota unas 800 toneladas diarias de carbón semigraso, con una parte del cual, y valiéndose de una perfecta instalación—toda ella movida eléctricamente—, fabrica una gran cantidad de briquetas, que consumen en su mayoría las Compañías de ferrocarriles, y una buena parte de los ovoides que se utilizan en todo el Norte de España. 


Para la explotación de esta gran cantidad de combustible emplea la Sociedad el trabajo de tinos 1.500 obreros, quienes para su vivienda disfrutan las magníficas casas baratas—las primeras que se construyeron en la provincia—, gozando , además, los mismos, de unas primas especiales de explotación, cuando ésta rebase de un cierto límite fijado. Tanto por su administración y dirección, como por la cuidadosa instalación que ha logrado montar, después de una continuada serie de pacientes ensayos, esta Sociedad está llamada a un envidiable grado de florecimiento, aunque ya hoy, sin disputa alguna, figura a la cabeza de todas sus análogas.








BERNARDO ZAPICO.

-LEON

Al hablar del progreso industrial de la provincia de León y de la inmensa riqueza de su subsuelo, no podemos menos de dedicar las más sinceras frases de elogio a la personalidad del joven e inteligente ingeniero de Minas D. Bernardo Zapico, quien, con admirable tesón, viene concentrando toda su actividad y todas sus energías al solo fin de transformar la región leonesa, hasta hace pocos años casi sin importancia, en una de las más ricas y productoras de nuestra península.


Apenas terminada su carrera, y puesto al frente de las explotaciones que la Sociedad Hullera Vasco Leonesa posee en los términos de Santa Lucía y Ciñera, fueron tales su laboriosidad y acierto y tan intensa su actuación, que pronto supo infundir vida próspera a dicha Empresa, insignificante por entonces, haciendo de ella la más alta representación de los intereses mineros de la provincia y una de las principales explotaciones carboníferas de España. 


Su paso por las citadas minas dejó tan beneficiosas e indelebles huellas, que en sólo dos años que las tuvo a su cargo consiguió llevar al mayor grado de perfección las labores, dio vigoroso impulso a la preparación de aglomerados e inició y puso término a la electrificación de todos los servicios, medida que redundó no sólo en provecho de la Sociedad propietaria, sino también en el de varias entidades productoras de energía eléctrica, cuya vida lánguida y decadente quedó reanimada desde aquel momento.


El exquisito celo que demostró durante la época en la que fue director para solucionar toda clase de conflictos a que daban lugar las disensiones entre la Compañía y los obreros y la atención y solicitud con que siempre trató a estos últimos, le granjearon las constantes simpatías de la clase trabajadora y la más elevada estimación del Consejo de Administración de aquélla, que recientemente, y con motivo de tener que dejar el Sr. Zapico la Dirección, por atraerle a la capital sus múltiples negocios particulares, le distinguió con el nombramiento de ingeniero-consultor, con el que continúa, y por el cual sigue interviniendo de una manera directa en la marcha de los intereses sociales. 


Hombre de gran cultura, de excelentes cualidades morales y conocedor a fondo de las condiciones geológicas de la región, a la que ha dedicado sus más fecundas iniciativas, constituye hoy el verdadero eje ríe su desean desenvolvimiento industrial. Su nombre va íntimamente unido al del coto hullero de Villablino, al que dio vida merced a sus constantes investigaciones y estudios, y que hoy constituye una esperanza nacional para cubrir el déficit de nuestra producción de carbones. La escasez de vías de comunicación y otras dificultades con que tuvo que luchar, y la poca protección que prestó el Gobierno a sus proyectos (entre los que figuraba el de unir aquel centro minero con Ponferrada, por un tranvía de vapor), fueron la causa de que no disfrutara nuestro país, desde hace más de un año, de combustible abundante y de tan buena calidad como el importado de Inglaterra, ya que hay que decir en honor a la verdad, que la hulla grasa de VillabIino está en condiciones de competir, sin deprecación alguna , con sus mejores similares de Cardiff.

Aunque vendió dicho coto a una importante Sociedad constituida en su mayor parte con capitales de
una de las principales Casas de banca de Madrid , y es la que está en la actualidad llevando a efecto las 
obras de construcción de un ferrocarril a Ponferrada , continúa el Sr. Zapico con la propiedad de
otro grupo minero en Villablino, no menos importante que el anterior, al que supera en cuanto a la calidad del combustible, formado por las minas «Flórez Rubio», «María l0», «Elena», «Leonor», «Segunda Quinta», «Segunda Sexta» y «Segunda Séptima», todas ellas situadas a la entrada del llamado «Valle de Orallo», en Villager, y con una extensión de 500 hectáreas en conjunto. Practicadas con gran rapidez y acierto las labores de preparación, hace próximamente un año, hoy se eleva la explotación en el mencionado grupo a cerca de 2.900 toneladas mensuales ; y dada la intensificación, cada vez mayor, que se viene dando a aquélla, podrá ponerse el coto, en no lejano plazo, en situación de producir 18.000 toneladas; y si, por último, se añadiera a esto la terminación en breve del ferrocarril de Ponferrada a Villablino, y por lo tanto, el aumento y economía de las vías de comunicación, podría llegarse fácilmente a la importante cifra de 40.000 toneladas mensuales.

El excesivo coste de los acarreos desde los depósitos de boca-mina a las estaciones de cargue, gravado con frecuencia por los aumentos a que viene dando lugar a competencia entre los mineros en las demandas de carros para el transporte y la escasez de éstos, ha sido causa de que en dichas minas, al igual que en el resto de las que constituyen la cuenca de Villablino, no haya podido darse más impulso a la explotación, por no encontrar fácil salida para el mineral. 

Fábrica de aglomerados de La Robla

No es este el único negocio que distrae en la actualidad la atención del Sr. Zapico, sino que, además, tiene otros, tanto mineros como industriales, en diferentes puntos de la provincia, y cuya gestión lleva a cabo con varias personas de la región, a las que está asociado, llevando su inteligencia y su actividad a todos los nuevos focos industriales que han surgido recientemente en la provincia. Entre los últimos negocios implantados por dicho señor merece especial atención, de nuestra parte, la fábrica de aglomerados que la Sociedad Gutiérrez, Zapico y Compañía está terminando de instalar en La Robla, y cuyo montaje y construcción ha estado a cargo de los importantes talleres y fundiciones de D. Miguel de Prado, de Valladolid. 

Desdé antiguo venía preocupado el señor Zapico con el eterno problema que tanta importancia tenía para los carbones leoneses que en las primeras explotaciones, naturalmente defectuosas, arrojaban una gran cantidad de menudos. En diversas localidades de España, pero alejadas de los centros de producción, surgían fábricas de aglomerados que, tomando los menudos de las minas leonesas, los utilizaban para la fabricación de combustible, con una manifiesta pérdida dé la economía regional.

Percatado el Sr. Zapico de la realidad de los hechos, e impresionado por las instalaciones modernas, que en sus diversos viajes al extranjero había conocido, comenzó a planear el proyecto de la fundación de una fábrica de conglomerados que, utilizando los menudos de la mayor parte de las minas leonesas, pudiera elaborar éstos en inmejorables condiciones, para poder dar al mercado un producto mejor y más barato del que hasta entonces se conocía. 

Poco a poco, y auxiliado con los sabios consejos de sus compañeros de trabajo, ideó el plan y la construcción de una moderna fábrica de aglomerados con arreglo a los últimos adelantos en la materia; mas una vez vencidos los obstáculos técnicos, que fueron muchos, dada la escasez dé material necesario para la instalación de la misma, así como los precios enormes que alcanzaba el hierro, se planteó el magno problema del lugar del emplazamiento. 

Había que escoger un lugar próximo a las líneas de embarque, pero, al mismo tiempo, que no estuviera alejado de los centros de producción. Se pensó en varios puntos estratégicos, pero era difícil poder reunir la mayor cantidad de producción minera en muchos de ellos, que, sin embargo, tenían la ventaja de ser inmejorables puntos de embarque. Por fin, después de muchos tanteos y de vencer no pocas dificultades, se decidió el Sr. Zapico a situar su nueva fábrica en La Robla.

Es La Robla uno de los puntos más céntricos de todo el Norte de la provincia de León. Allí afluyen las líneas férreas de Asturias y Bilbao. Por la carretera transversal se puede dominar una gran parte de la nueva cuenca, cogiendo al paso minas tan importantes como las de La Magdalena. Aquí, en este lugar, se levantó la fábrica, con excelentes apartaderos y un gran lujo de material. 

Dicha fábrica está dotada de una buena colección dé prensas de moderna y excelente construcción, destinadas a formar ovoides y briquetas, y con las que, una vez que la fábrica empiece a funcionar (que será a últimos del presente año), podrá obtenerse una producción aproximada de toneladas 30.000 de aglomerado, como mínimum.

Con esta moderna instalación, las minas leonesas podrán aprovechar hasta el último átomo de su producción íntegra; el mercado podrá gozar de un nuevo producto en condiciones inmejorables de baratura, y la industria leonesa habrá creado un nuevo organismo donde se utilizará la fuerza de obreros leoneses, que comerán su propio pan.

Mas no han parado aquí las múltiples y variadas actividades del Sr. Zapico, que constantemente recorre la provincia en su potente automóvil, llevando el optimismo de su incansable actividad a todos los lados, sino que interesado últimamente en algunos proyectos dé aprovechamientos hidráulicos de los ríos Sil y Cúa, que en fecha próxima serán de grandísima importancia por sus aplicaciones industriales, así como en otros asuntos diversos que, por su menor significación, creemos innecesario mencionar, viene a ser, como ya hemos dicho anteriormente, el único y verdadero iniciador de todos los grandes negocios que han comenzado en las zonas mineras de la provincia, lugar adonde le han llevado, sin duda alguna, sus indiscutibles méritos y la decisión y laboriosidad que pone al servicio de toda empresa, por ardua que sea, con tal que reporte provechosos resultados.

Fuera de la región es también muy conocida la personalidad del ingeniero de Minas D. Bernardo Zapico, cuyos estudios sobre minerales son conocidos y apreciados de los profesionales; su nombre figura hoy como consejero de un gran número de Sociedades y Compañías mineras, tales como las Explotadoras dé las minas «Novia» y «Morena», dé Mieres (Asturias), y la Empresa Arrendataria de las minas de plata de Hiendelaencina (Guadalajara) ; siendo a la vez en muchas uno de los primeros accionistas.

Establecido en la capital, donde tiene unas oficinas modernamente instaladas, y en las que no se ha omitido ni el menor detalle en cuanto a «confort» y organización dé los servicios, dedícase, en la parte comercial, a las ventas al por mayor de sus carbones, algunas de ellas tan importantes como lo son los suministros a Compañías de ferrocarriles y a varios centros fabriles de Madrid y Bilbao. Su crédito mercantil, garantizado por un activo cuantiosísimo y por una reconocida seriedad en todas sus operaciones, ha sido la razón más poderosa para justificar el acrecentamiento rápido de sus negocios y la notoriedad de su firma.

Tal es la varia e interesante personalidad dé este ingeniero moderno, que al mismo tiempo que conquistar su porvenir, supo abrir horizontes a tantos y tantos otros, que hoy le deben su bienestar, pues en medio de sus afanes y ajetreos nunca se olvidó de los que le rodearon y ayudaron, empezando por los obreros, pues Bernardo Zapico—éste és uno de sus más honrosos títulos que posee—fué el primero que construyó en la provincia de León una casa barata para obreros, ejemplo que después ha comenzado a imitar y a dar sus buenos e inapreciables frutos. 

MINA “LA LOZANA”

— (LEON) — EUGENIO LOZANO

Un rincón delicioso -Belleza y trabajo.

¿ Belleza y trabajo ? Me parece que hemos dicho una tontería. ¿ Acaso en el trabajo no hay belleza ? Y más aún si se realiza dentro de un marco que las riquezas naturales avaloran, rodeando a un centro industrial de pintorescos puntos de vista, bellos panoramas, agradables perspectivas...

En la vertiente Sur de una colina de la cordillera Cantábrica, y en las proximidades de Pola de Gordon, villa cuyos paisajes son bien conocidos por nuestros artistas, se encuentra enclavada la mina «L a Lozana», ofreciendo la explotación un pintoresco aspecto que hace recordar esas acuarelas inglesas en que los paisajistas británicos saben reflejar tan bien escenas de la vida del trabajo rodeadas de los encantos de la  Naturaleza. Puede que algún espíritu exquisito proteste por que el paisaje tiene «mucho ruido», o porque aquel cable aéreo quita belleza al horizonte; pero, a mi juicio, nada es tan hermoso como esta hermandad de los serenos encantos de Natura y la febril actividad de un centro industrial.

La mina de Eugenio Lozano rinde una producción considerable; el carbón de este yacimiento es seco y, en su mayoría, lo consumen las Empresas ferroviarias y las industriales de aglomerados, más una regular cantidad que se destina a los efectos de la venta al por menor para los «usos caseros».

A dos kilómetros de distancia de la carretera general de Adanero a Gijón tiene montada una perfecta instalación de lavaderos y cargaderos, y para el transporte de material, desde estos establecimientos a la carretera citada, utiliza un cable aéreo, de una extensión de kilómetro y medio, movido por fuerza eléctrica y que simplifica grandemente las operaciones de descarga, burlando así las deficiencias de los transportes.

Sociedad Anónima General Minera y Ferroviaria – Compañía Minera Anglo-Hispana

Estas dos Sociedades, que figuran unidas por tener la primera un contrato de arrendamiento con la segunda que la permite la utilización de sus magníficas instalaciones, compuestas de lavaderos, hornos de cok y fábricas de briquetas y ovoides, son de las más florecientes que en la actualidad existen en toda la provincia.


Lleva la dirección de las mismas el conocido ingeniero francés señor Lorán, uno de los primeros que empezaron a trabajar los carbones leoneses, hace ya muchos años.
La calidad del carbón explotado por estas minas da el siguiente análisis : Materias volátiles, 25/28; cenizas, 10/12 ; calorías, 8.000, el graso ; y el semi-graso, 15/18 de materias volátiles, 10/12 de cenizas, y 7.600 calorías.


La explotación, perfectamente montada y dirigida por el Sr. Miquelez, arroja un total de 4.000 toneladas mensuales, susceptibles de un gran aumento, al efecto del cual se están llevando a cabo una gran cantidad de labores preparatorias, pudiendo poner muy pronto en explotación nuevas pertenencias, de las muchas que tiene en reserva, con lo que podrá duplicar la producción sin gran esfuerzo.
Para el servicio de explotación tienen estas Sociedades una buena cantidad de vías propias, varios planos inclinados y un gran apartadero en el F. C. Hullero de La Robla a Valmaseda, con otra vía propia de cerca de dos kilómetros.


Una de sus mejores instalaciones es la que tiene instalada para la fabricación de briquetas, dotada de una prensa poderosa, que hace 10.000 kilos a la hora, siendo, sin duda alguna, de las mejores existentes en España en la actualidad.


La fábrica de ovoides es también excelente. Puede hacer de unos 7.000 a 8.000 a la hora, y está dotada de dos máquinas de vapor horizontales, de unos 200 caballos de fuerza cada una.


Mas no podemos terminar esta ligera reseña sin hacer especial mención de sus magníficos hornos de cok metalúrgico, sistema Coppel, compuestos de dos baterías, que producen un excelente cok, que es muy disputado en el mercado.


El mercado más importante para las briquetas que producen estas minas, le tiene con las de ferrocarriles de España, Madrid, Zaragoza y Alicante, el Norte y ferrocarril de Soria. Los cribados y galletas, generalmente se envían a Bilbao. En la actualidad, tiene un «stock» de 2.000 toneladas en sus depósitos y bocas de mina, que en la actualidad podrá lanzar al mercado en la mejor ocasión y con la mayor economía, gracias a poseer la Sociedad General Minera y Ferroviaria excelente material ferroviario de su propiedad, lo que le permite colocar los carbones de estas minas en condiciones mucho más económicas que los de la mayoría de sus semejantes, que tienen que efectuar acarreos largos y costosos por caminos intransitables, lo que, además de encarecer el producto, lo coloca en peores condiciones de presentación.

Tal es el funcionamiento y porvenir de estas dos Sociedades, que, apoyándose una en la otra, han de realizar una de las obras más grandes y provechosas en la provincia de León.  

DIONISIO GONZALEZ.

-LEON 

EL TRIUNFO DE UNA VOLUNTAD

No sólo en el verso y en la prosa hay poesía. Yo conozco estrofas soberbias escritas con caracteres indelebles por las negruzcas columnas de humo en la inmensidad azul; cantos épicos, en que el fluido eléctrico, dueño y señor del tiempo y las distancias, es el fíat que multiplica y crea... Y un verso de esta índole, sobrio, recio, es la vida de Dionisio González, el humilde picador de minas, que a duros golpes de su herramienta supo dar con el filón de la voluntad y de la constancia, principales bases de su fortuna.


León, a diferencia de Castilla, «no hace los hombres y los gasta». Sabe aprovechar las buenas condiciones de sus hijos, y así se da aquí con frecuencia el caso de que hombres obscuros, consagrados a ,un trabajo rudo durante los primeros años de su juventud, al llegar a la época en que su energía abandona la inquietud del mozo para encarnar en el espíritu del hombre maduro, pero no gastado, pide un puesto brillante en la lucha por la vida, y no es difícil asistir al encumbramiento noble, justo, equitativo del que hasta entonces sólo fue un soldado de fila.


Enemigos de clasificaciones y encasillamientos, no diremos el número que hace Dionisio González entre los más fuertes mineros de León. Pero el prestigio que rodea a su firma, el sólido crédito que goza de hombre íntegro y negociante serio son consecuencia del favor que gozan sus mercancías, consumidas en su mayor parte por las Compañías ferroviarias e importantes industrias de todos los puntos de España. Su mina, «La Carmonda» produce un excelente carbón de vapor, muy solicitado por las Empresas de ferrocarriles en particular, y del yacimiento de Caboalles de Arriba, enclavado en la célebre cuenca minera dé Villablino, extrae un carbón graso de inmejorables condiciones para la fabricación del gas, y cuyo cok, fabricado por el sistema de pilas, se acepta en el mercado como metalúrgico.


Todas las excelencias de las explotaciones del señor González, todos sus esfuerzos y todos sus desvelos, tropiezan con el mismo inconveniente que hace padecer a la producción minera de estas cuencas: las deficiencias de los transportes.

El acarreo del mineral desde Caboalles de Arriba, hasta La Robla y Ponferrada, por ejemplo, ha de hacerse por medio de carretas, cuyos conductores llegaron a exigir la exorbitante suma de noventa y cinco pesetas por tonelada, y el precio medio no baja nunca de sesenta y cinco a setenta pesetas.
Otro perjuicio no menor al anterior es el que causa la escasez de material móvil y de tracción de las Compañías de ferrocarriles, causante de que por espacio de largas temporadas permanezcan en los depósitos que en La Robla y Ponferrada tiene D. Dionisio González, stoks de carbón importantes en 9.000 toneladas, capital amortizado y que lesiona tanto los intereses del productor como del que consume.

Y así, entre sinsabores y fatigas originados por la desidia de los Poderes públicos, que dejan abandonado a sus propios medios al que trabaja y lucha, se va deslizando la vida fecunda del que supo imponerse y hacer valer su voluntad, marchando en dirección contraria precisamente de los que predican el pesimismo como supremo argumento para remediar los males de la patria:

S . A . HULLERA S DE ORZONAGA

Tiene esta importante Empresa situadas sus minas en los términos del pintoresco pueblo de Orzonaga, a seis kilómetros de La Robla. Forman parte sus pertenencias de la primera gran cuenca carbonífera de las tres en que se considera dividida la provincia de León : la cuenca Este.


Para el transporte del mineral hasta la línea del ferrocarril del Norte, se sirve de un cable aéreo de seis kilómetros de extensión; situada la estación en La Robla, en las proximidades de la línea férrea de La Robla a Valmaseda, simplifica así el acarreo del mineral, principal obstáculo con, que desde hace mucho tiempo vienen tropezando aquí las explotaciones carboníferas.


Las características de la producción de estas minas, según informes técnicos, son 12/14 por 100 de cenizas, 16/18 por 100 de volátiles y 7.500 a 7.700 calorías aparte. La producción mensual de las Hulleras de Orzonaga alcanza una cifra de 3.000 toneladas, consumidas en su mayor parte por las Compañías ferroviarias e importantes industrias de toda España.

Estas breves líneas, libres de toda pretensión literaria, creemos darán una sensación fiel del esfuerzo realizado por algunos capitalistas de la provincia, secundados por elementos de Bilbao y que laboran en silencio por el bien común.

(Vicente Cabeza de Vaca y Fernández de Córdoba fue un abogado y político español, ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes durante el reinado de Alfonso XIII. Noveno marqués de Portago, fue miembro del Partido Conservador. Resultó elegido diputado por Don Benito en 1891,​ para posteriormente serlo, en 1899, por la circunscripción de Granada aunque renunciaría al escaño al ser nombrado Director de Correos y Telégrafos.)

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